Capítulo 22

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—No hemos logrado obtener demasiada información respecto a los hombres lobo —informa Aurora a los reyes de Valaquia —. Por lo poco que hemos obtenido, se cree que los hombres lobo se pueden asesinar con plata. Estacas de plata y balas de plata.

—Pero no sabemos si esas cosas fincionarán en contra de de ese monstruo —responde la reina Charlotte —. Los hijos del dragón son muy diferentes de lo que se cree de las leyendas.

—Solo hay una forma de averiguar si esas cosas pueden funcionar —descruzo los brazos y me acerco un poco a los reyes.

—¿Y cuál es? —pregunta el ex Conde Drácula.

—Vamos a cazarlo.

—Bastián, es demasiado peligroso.

—Es la única opción que tenemos si queremos acabar con esto de una vez. Yo puedo hacerlo si ustedes no quieren ensuciar sus manos con sangre de lobo.

Vlad me mira fijamente.

—Te noto un poco diferente de ayer ¿Estás bien? ¿Lo de Lucifer te sigue afectando?

—No, ese asunto ya ha quedado atrás. Lo he superado completamente. Me siento muy bien —contesto —. Ahora hay que centrarnos en el tema de está reunión. El cuál es el hombre lobo, esa cosa volverá. Y antes de que lo haga hay que sorprenderlo.

—Es un idea bastante arriesgada.

—Oh querido abuelo... esté mundo es de los que se arriesga. Lo vuelvo a repetir, yo me haré cargo.

Doy la vuelta y comienzo a ir hacia la salida.

Abandono la sala del trono y me dirijo directo hacia las puertas del gran castillo.

—¡Bastián! —la voz de Aurora se oye a mis espaldas.

Dejo de caminar, volteo, mi hermana llega y se detiene delante de mi.

—¿Qué te está pasando? ¿Por qué de la nada quieres ir a cazar al lobo?

—Por que esa la única solución.

—Pero hay que pensar en un plan, no podemos actuar así de la nada.

—Yo soy todo el plan que necesito.

—Hermano...

—Si no vas a ayudarme con esto, entonces no me fastidies. Mejor ve con los demás a la plaza de la ciudadela, toma un poco de aire.

Continúo mi camino, llego a las puertas y dejo atrás el hogar de la familia Tepes.

Mis alas de hadampiro aparecen sobre mi espalda, alzo el vuelo y comienzo a ir en dirección al bosque.

Tardo unos minutos y llego a las cascadas.

Aterrizo y guardo mis alas.

En esté lugar fue en dónde me encontré por primera vez con el hombre lobo. Tan solo tengo que encontrar algo raro que me pueda llevar hasta su paradero.

Me muero de ganas de arrancarle la cabeza.

—No sabes lo que estás haciendo —mi parte piadosa se hace presente —. Estás poniéndonos en un gran peligro.

—Bastián...—lo miro —. Así que también puedes aparecer, yo esperaba que no.

—Tienes que dejarme en paz, regresame el control.

—No, claro que no. Tú ya tuviste la oportunidad de pasar el rato aquí. Yo no, tú me encerraste durante todo un año. Quiero que experimentes exactamente lo mismo que yo.

—Los demás se darán cuenta de mi comportamiento tan extraño.

—Sé actuar cómo idiota, así que no te preocupes.

Los Herederos De Drácula Donde viven las historias. Descúbrelo ahora