Capítulo 27

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La celebración de la luna de sangre ya ha comenzado oficialmente.

Toda la ciudadela está lista para ver cómo la luna se tiñe de rojo, en todas partes hay música, niños jugando, puestos de diferentes cosas y luces completamente hermosas.

Pero el evento principal será el gran baile que se dará cuándo la luna cambie su color, es algo que se lleva planeando desdé hace meses y me muero por verlo.

—Todo esto es hermoso —Cordelia mira con una sonrisa la calle llena de vida —. Jamás había estado en un festival de luna de sangre. No tenía idea de lo bonito que era.

—Yo tampoco —comenta mi hermano Bastián —. Me alegra mucho el por fin tener la oportunidad de ver uno con mis propios ojos —voltea hacia el Dios Dragón —¿Qué te parece?

—Muy llamativo —contesta la deidad —. Nunca antes vi algo semejante.

—Y esperas que pruebes la comida —le digo.

Avanzamos tranquilamente por la calle, viendo cada uno de los puestos de comida y siendo cautivados cada vez más por la belleza del festival.

—¡Miren! —señalo uno de los puestos —. Manzanas acarameladas, hace tiempo que no pruebo una. Vamos.

No obtengo respuesta de nadie volteo y veo a Cordelia y a Killian viendo unos collares en uno de los puestos. Mi hermano está con Zhang en un puesto de comida, nadie le hizo caso.

—¿Quiere una manzana? Bien pues vamos —Sebastian toma mi mano izquierda y me lleva hacia el puesto.

No puedo evitar ponerme nerviosa, me está tomando de la mano. Creo que me debo de estar volviendo completamente loca.

Llegamos al puesto y pido una manzana.

—¿Tú no quieres? —volteo hacia el castaño.

—No me gustan los dulces.

—¡Oh vamos! Es el festival de la luna de sangre. Anímate un poco —le digo.

Pido otra manzana, la anciana me las entrega y después las pago.

—Vamos...—acerco una de las manzanas hacia el vampiro —. Tómala.

—No me gustan los dulces, en verdad.

—A todos nos gustan los dulces, son tan ricos y te alegran la vida cuándo tienes un mal momento. Vamos Sebastian, tómala. Sé que te gustará mucho.

El vampiro se me queda viendo y después toma la manzana.

—Prueba, está muy rica.

La lleva hacia su boca y le da una mordida.

—¿Qué tal?

—Está deliciosa.

—Te lo dije —muestro una sonrisa y después le doy una mordida a mi manzana.

Nos alejamos del puesto y volteo hacia dónde están los demás.

—Parece que todo el mundo está ocupado —comento y concentro mi mirada en el vampiro —.¿Te parece si nos adelantamos a la plaza? Ellos nos pueden alcanzar.

—No tengo problema.

—Bien, entonces vámonos. Mi familia ya se debe de encontrar allá.

El vampiro asiente con la cabeza y comenzamos nuestro camino a la plaza.

—Mira...—centro mi mirada en un pequeño grupo de niños —. Mira cómo juegan, son adorables.

—Se nota que le gustan demasiado los niños.

Los Herederos De Drácula Donde viven las historias. Descúbrelo ahora