"No lo escuches, tápate los oídos."
Su voz tenía un tono suave, no era tosco ni grave, podías confundirlo con un ser celestial.
Era su mejor arma, porque cuando lo utilizaba, un crescendo se alzaba a tu alrededor, y solo esperabas escuchar las arpa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era de madrugada, tal vez, cuando escuché ruidos en mi ventana.
Me había dormido temprano, estaba cansada por todas las tareas que tenía y al acabar me sentí tan aliviada que quedé inconsciente de golpe, sin preocupaciones sobre la Universidad en mi cabeza.
Al principio no lo reconocí porque, claro, dormía como un oso hibernando.
Pero luego de unos minutos, me di cuenta que esos ruidos no venían de mi cabeza. Abrí mis ojos y me estiré un poco antes de darme cuenta de los golpes.
Me quedé callada y me senté en la cama, mirando a mi ventana y la figura que se distorsionaba por la cortina.
—¡Nara! —un susurro/grito me hizo abrir mis ojos en grande y bajar de la cama de golpe, quitando las cortinas y encontrando a Kim Doyoung del otro lado.
—¿Qué carajos…?
—¡Abre!— me apresuré a quitar el seguro y abrir la ventana. Él entró de un salto.
Mi casa era de un piso solamente, y mi cuarto tenía una ventana al patio trasero, pero aún así, era extraño verlo aquí.
—¿Qué ocurre?— lo veía agitado, mientras parecía buscar algo con la mirada.
—Todavía no vinieron— suspiró, respirando profundo.
Me quedé tiesa, mirando cómo trataba de calmarse en silencio mientras respiraba como si meditara.
Y volteó a verme de golpe, mirándome como desquiciado y sobresaltándome.
—Vamos— y se dirigió a la ventana, sacando un pie.
—¿Qué?
—Nos enteramos que Kihyun y Wonwoo quieren secuestrarte, si te encuentran aquí te llevarán.
Terminó de sacar su cuerpo y me miró expectante.
—¿Qué? Alto, ¿esperas que me vaya? ¿A dónde diablos voy a ir?— sin querer empecé a levantar mi voz, empezando a alterarme.
—No hagas mucho ruido, despertarás a tu madre. —ladeé la cabeza con confusión.
—¿Cómo sabes que mi madre está aquí?—Kim Doyoung chasqueó la lengua.
—Puedo escuchar su respiración. Maldita sea, Nara, estarán aquí en cualquier momento, tienes que venir conmigo. —zapateó un poco el piso, casi como si estuviera haciendo un berrinche.
—No puedo dejar sola a mi madre aquí si es que ellos vienen, le harán daño— dije agitando mis manos, y dando un paso atrás.
—No vendrán por ella, solo te buscan a ti, los demás no importan.
No podía pensar bien, recién me había despertado y recibir esta noticia de golpe me tenía aturdida.