"No lo escuches, tápate los oídos."
Su voz tenía un tono suave, no era tosco ni grave, podías confundirlo con un ser celestial.
Era su mejor arma, porque cuando lo utilizaba, un crescendo se alzaba a tu alrededor, y solo esperabas escuchar las arpa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me cubrí la nariz con la mano para evitar manchar, pero eso no fue suficiente para no alterar a nadie, menos cuando Kim Doyoung se levantó de la misma manera que lo había hecho Kihyun antes, y se puso en frente de mí.
—Tengan en cuenta que vine para que podamos solucionarlo, y no quisieron.
Me levanté, alterándome yo más por la cantidad de sangre que estaba saliendo de mi nariz.
Haechan vino a verme, tratando de también parar el líquido que manchaba mi barbilla.
—Lo que sea que suceda a partir de ahora, es culpa de ustedes— continuó Kihyun —Y sobretodo de ti, Doyoung.
—Basta— ladró Kim Doyoung, pasando su mirada entre él y yo.
—Creí que serías más sensato, pero tu egoísmo ganó.
Mis piernas fallaron y caí al suelo, sintiendo que me estaba desangrando por la nariz.
—¡Deja a Nara!— gritó Kim Doyoung, y su voz se escuchó con fuerza dentro de mi cabeza. Tanto, que gemí de dolor.
Escupí la sangre que estaba entrando en mi boca y empecé a sentir pánico, creyendo que todo mi cuerpo se estaba vaciando a través de mi nariz.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y el asqueroso sabor metálico bajó por mi garganta. Traté de hacerme para atrás, pero mis piernas se sentía temblorosas a causa de la vista.
—¡YOO KIHYUN!
La voz de Kim Doyoung se escuchó con potencia, como si una bomba hubiera estallado y el impacto nos hubiera llegado a todos.
Todo fue silencio en ese segundo, y me permití mirar a Kihyun, quien ya no tenía su sonrisa, y miraba con seriedad a Kim.
—De acuerdo— asintió, tocándole el hombro a Wonwoo, quien pestañeó un par de veces, y sentí la sangre dejar de bajar —, por un momento, creí que estabas utilizando a la humana para hacerme perder el tiempo, pero ahora veo que sí te importa —volteó a verme, haciéndome sentir más pequeña —, ese no fue un movimiento muy inteligente de tu parte, Doyoung. Te recomiendo que la cuides un poco más, porque hasta ahora, hiciste un trabajo espantoso— ladeó la cabeza, sin dejar de mirarme —De todos modos, solo es una humana, puede romperse fácilmente.
Salieron del comedor, y posteriormente, de la casa.
Me quedé con la respiración agitada, y el sonido que hice al tragar saliva fue lo que sacó a Kim Doyoung de su trance.
Se volteó con rapidez y se puso de rodillas en el piso, en frente de mí, sin importarle que su pantalón se manchara con sangre.
—Mírame— pidió con voz suave, hice caso, todavía tratando de recuperarme —¿Estás bien?
Sus ojos estaban en el usual color café con el que lo conocía, pero cada poco, un destello de celeste los hacía brillar.
Intenté asentir, tratando de encontrar las palabras, pero éstas no salían de mi boca.