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Elkie y Renjun miraban indignados cómo me iba fuera de la cafetería detrás de Kim Doyoung

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Elkie y Renjun miraban indignados cómo me iba fuera de la cafetería detrás de Kim Doyoung.

Podía sentir sus miradas juzgadoras y yo no sabía cómo decirles qué Kim Doyoung es un sireno y debía estar con él todo el tiempo si no quería que sus enemigos me maten porque querían tener el control de los reinos del océano.

—¿Por qué no te gusta la cafetería?— pregunté cuando llegamos a un ambiente abierto y más silencioso.

—Es demasiada gente, y la mayoría huele mal— se sentó en una banca, y yo me acomodé en frente de él, en el césped.

—¿También tienes un olfato súper desarrollado?

—Podría decirse— miró atentamente cómo me sentaba sobre el césped y doblaba mis rodillas, sacando un sándwich de pollo —, mi olfato es mucho más sensible aquí arriba, por eso evito juntarme con personas.

—Yo creí que era porque eres un amargado— no respondió y yo le di una mordida a mi sándwich. —De todas maneras, si escuchas y hueles bien, no debe escaparse nada de ti, ¿eh?— le sonreí cómplice —¿No lees las mentes también?

—No soy de Crepúsculo, Nara— contestó cansado, captando lo que me refería.

—¡Uh, entendiste eso, sí lees mentes! — exclamé apuntándole, él bajo mi dedo con un manotazo.

—¿Por qué estás sentada en el piso?— preguntó cambiando el tema.

—Porque es cómodo— me encogí de hombros, dándole otra mordida a mi sándwich.

—Te estás ensuciando.

—¿Y? Es cómodo, el césped está calentito— negó chasqueando la lengua y miró a otro lado.

Disfruté de ese momento en silencio, donde solo se me escuchaba comer y la respiración de Kim Doyoung.
Pude disfrutar de unos minutos sin tener que estar discutiendo con el Tritón por cualquier tontería.

—¿Comes normal?— me miró —, aquí venden sardinas en lata, ¿no te sientes herido cuando ves a la gente comer eso?

—Tus comentarios me hacen dar ganas de volver al mar.

[...]

Saqué otro resaltador de mi estuche para poder colorear mi cuaderno.

Tenía un examen al siguiente día y debía seguir repasando mis notas para tener una calificación decente.
La biblioteca era el lugar perfecto para estudiar, callado, moderno y cómodo.

Había fastidiado lo suficiente a Kim Doyoung para que me deje sola, diciendo que volvería en un par de horas para llevarme de vuelta a mi casa.

Y era mucho mejor de esta manera, porque necesitaba concentrarme para estudiar, y la presencia de Kim Doyoung era todo lo contrario.

CRESCENDO | Kim DoyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora