Un paseo para olvidar (Hermione &Jacob Black)

Capítulo 39

Capítulo treinta y nueve

Primera Luna

Jacob miró hacia el cielo azul que se encontraba atardeciendo, mientras estaba en el porche con una taza de café en la mano. Vestía una camisa holgada y jeans. Hermione salió de la casa y se acercó a lado de él.

—"¿Qué estás pensando?"-. Ella preguntó.

—"Sólo estoy mirando el atardecer. Está noche será luna llena. Me alegra que no seamos cambiadores de luna como Remus."-. Jacob respondió.

Hermione sintió un escalofrío recorrer su espalda.

—"Debe ser horrible verse obligado a cambiar cada mes. No tienes control ni esperanza de controlarlo. Ni siquiera puedo imaginarlo. Me dan escalofríos de solo pensarlo."-. Jacob continuó.

La mente de Hermione regresó a la casa de los gritos cuando vio a Remus transformarse. Ella había visto el miedo en sus ojos cuando se dio cuenta de que no estaba en un lugar seguro para transformarse y que podría lastimar a alguien. Ella había escuchado sus gritos de dolor y escuchó los sonidos de sus huesos crujiéndose y remodelándose.

—"¿Estás bien? Te has puesto pálida."-.

Hermione levantó la vista y vio a Jacob mirándola. Ella le dedicó una débil sonrisa.

—"Estoy bien. Sólo estoy pensando. En la vez que vi a Remus transformarse y fue horrible"-.

Jacob frunció el ceño. —"Pobre Remus."-.

Hermione asintió en silencio.

Jacob bebió su café y se alejó de su ex esposa. Entró a la casa para poner la taza en el fregadero. —"Será mejor que vaya a la reunión de la manada"-.

—"Saluda a Paul de mi parte"-. Hermione le dijo, mientras él salía por la puerta principal.

—"Lo haré. No me esperes despierto."-. Jacob sonrió.

Se giró y saltó del escalón, transformándose en su forma de lobo. Su ropa se movió con él gracias al hechizo de Hermione y se fue hacia la casa de Sam. Hermione lo vio irse y tan pronto como estuvo fuera de vista, se apresuró a regresar al interior de la cabaña.

Sacó una caja de debajo del fregadero y golpeó con su varita la superficie de madera. La cerradura de latón se abrió con un clic y levantó la tapa. Dentro había viales vacíos y tres viales llenos de un líquido espeso y gris. Hermione agarró uno de los frascos grises y lo descorchó, haciendo una mueca ante el olor.

—"Hasta el fondo"-. Ella murmuró.

Se llevó el vial a los labios e inclinó la cabeza hacia atrás, permitiendo que el líquido entrara en su boca y bajara por su garganta. Ella hizo una mueca ante el sabor y volvió a colocar el frasco vacío en la caja.

—"Eso sabía tan asqueroso"-. Hermione se secó la boca antes de servirse un vaso de agua fresca del fregadero.

Tomó un trago del líquido frío y se lo pasó por la boca antes de escupirlo nuevamente en el fregadero. Todavía no se había librado del sabor acre. Miró el reloj sobre la repisa de la chimenea y suspiró.

Era hora.

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Remus acarició la cabeza de su hijo y besó su frente con ternura. —"Pórtate bien, Teddy. Papá te recogerá en la mañana"-.

—"Papá."-. Teddy se quejó, alcanzando a su padre de la camisa.