𑁍 ָ࣪•01.𖧵ֹֺֽ໋໋݊ 𖡼

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Todo el mundo tiene una media naranja. Esa persona que te complementa completamente y que parece ridículamente imposible.

Tu alma gemela la llaman muchos, aunque en ocasiones esta alma gemela no tenga ni una pisca de similitud contigo. O si la tiene, aún no la descubres.

Y justo en ese momento cuando menos la buscas es cuando ella aparece.

Park Jimin es un joven que aún a sus 25 años no ha encontrado a su alma gemela. Ni siquiera ha tenido novia o novio. Aunque claramente el prefería la opción dos.

No es como si él no la hubiera buscado, claro que lo hizo. Incluso sus amigos lo metieron en aplicaciones para encontrar pareja y citas ciegas, pero nada parecía resultar para el.

Jimin era hermoso pero los raros ropajes con los que se vestía y su adicción por los libros y peluches no lo hacía ver muy atractivo. Era más como un niño infantil, o así lo habían llegado. Por eso al pobre lo terminaban cancelando desde la primera vez que lo veían.

No gustaba para nada o solo quería llevárselo a la cama. Jimin estaba cansado de ese tipo de tratos que herían sus sentimientos así que se resignó a convertirse en un anciano lleno de gatos y comer helado de chocolate.

En eso estaba justo ahora mientras veía una de sus telenovelas viejas. Otro de sus pasatiempos que no concordaban con alguien de su edad. Normalmente debía estar disfrutando de su juventud, no tirado en un sofá con su gato, comiéndo helado y viendo novelas.

Era fin de semana aproximadamente las 5 de la tarde del sábado cuando por fin se decidió levantarse del sofá y salir a caminar un rato al parque.

Estaba haciendo algo de frío así que se abrigó bien. Salió de su edificio y caminó hasta el parque que estaba a unas cuadras del lugar donde vivía. Como el invierno se acercaba los colores predominantes a su alrededor eran cafés y ámbar. Su estación favorita del año se acercaba.

Arregló su gorrito con pompón mientras se sentaba en una de las bancas del parque. El lugar estaba algo vacío pues realmente hacía mucho frío. Pero a Jimin eso no le importaba.

Sus manitas que apenas salían de su enorme abrigo estaban rojas al igual que su naricita. Ternura era lo que describía al chico.

De su mochila sacó un libro sobre una de esas historias de amor que tanto le gustaban y sonrió. En secreto Jimin estaba enamorado del protagonista. Era tan perfecto y guapo que él lo adoraba. En sus fantasías el se convertía en el protagonista de la historia y vivía un romance de ensueño al lado del hombre.

Suspiró acomodándose en el banco y comenzando a leer tranquilamente, no podía evitar morder sus labios cuando el protagonista era tomado por el héroe. No pueden culparlo, todo estaba tan explícitamente explicado que Jimin dejaba de sentir el helado viento a su alrededor.

Suspiró hundiendo su rostro en el libro imaginando todas las escenas que acababa de leer. Soñaba con tener un romance así algún día. Pero sabía que eso jamás iba a ser posible, porque el estaba destinado a estar solo.

Suspiró cerrando el libro y acercándolo a su pecho. Mordió su labio inferior una vez más y por fin abrió sus ojitos. Decidió ir a por un café para calentar un poco su cuerpo de otra forma que no fuera deseo contenido.

Entro a la bonita cafetería que estaba cruzando la calle del parque. Pidió un café con leche y unas galletitas de cereal. Cuando su pedido estuvo listo fue a recogerlo, sacó su tarjeta para pagar pero la chica del mostrador le dijo algo que lo dejó desconcertado.

— Joven su pedido ya fue pagado.

— ¿Pagado? — la miró extrañado.
» Pero si yo no vine con nadie.

𑁍ESCLAVOS DEL PLACER𖡼  KOOKMIN • WRITTEN BY T.M.G.RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora