Imagina | Matthew Sturniolo

El rival

Luana:

Desde que tengo memoria siempre he sido o he procurado ser la mejor alumna de mi escuela, y la mejor en los deportes.
Soy una persona muy competitiva y siempre he tenido a un rival, cada vez que compito me lo cruzo siempre.

Hoy se realizará el evento más esperado de todo el año y son las competencias con las escuelas locales. Lo mejor de todo es que este año se competiría con vóley.
Los grupos son chicas contra chicas y chicos contra chicos.

....

Cuando llegamos a la cancha dejé mis cosas en el banco y agarré la pelota de vóley para calentar un poco.

En eso llegó... Matthew ...

—¿Practicando? —al escuchar su voz me irritó—

—¿Da la casualidad de que pases justo enfrente mío teniendo una cancha enorme?

—Si vas a empezar con ese humor, es obvio que vas a perder. —agarré al joven de su camiseta—

—Escuchame bien Sturniolo... Te lo digo por última vez... Será mejor que no vuelvas a molestarme mientras estoy practicando, porque juro que te voy a pegar una cachetada tan fuerte que hará que nunca te me acerques más ¿Escuchaste bien? —lo solté bruscamente y le dí la espalda para seguir con el entrenamiento—

Matt:

Cuando me dijo eso y me dió la espalda, juré que sería mía.
Luana siempre ha tenido un carácter fuerte y siempre ha sido segura de ella misma; eso me fascinaba, pero mi orgullo habla más alto, y solo la tengo como una rival o eso quiero creer...

Cuando volví a donde se encontraba mi equipo, uno de mis compañeros habló sobre Luana.

—¿Alguien sabe si la chica de Nuevos Horizontes tiene novio?

—Hay muchas chicas del NH ¿A quien te referís? —cuestionó mi otro compañero —

—Luana la chica de allá que está practicando...

Al escuchar eso no me contuve para nada.

—Tenés cero chances con Luana porque acabo de invitarla a salir.

—¿Pero no es tu rival?

—¿Vos qué sabés de mi vida? La conozco desde que tengo memoria y es más... Ella es mía, así que si te llego a encontrar cerca de ella te rompo la jeta.

...

Matt:

Claramente dije cosas que son totalmente falsas pero mis celos hablan más fuerte, Luana es la chica más perfecta que puede existir y no tengo ojos para nadie más que a esa belleza. Cada vez que pasa la veo me quedo atontado. Mi obsesión por ella es tanta que no se imaginan.

Mientras me estaba atando los cordones justo me pegaron un pelotazo en la cabeza y ¿Adivinen quién fue? Antes de que ella agarrara la pelota la agarré yo sin levantarme del banco y de paso tomé su muñeca.

—Que graciosita que estás. —me levanté y me acerqué a su oído— pero no hay motivo de que te enojes conmigo. —ella con su otra mano la apoyó en mi pecho y me respondió con el mismo tono de sarcasmo—

—Ooh... ¿Te dolió bebito? Te anticipo de que ese grupo de allá la pasará tan mal que las dejaré llorando y a toda tu escuela, incluyendote...

Por poco y no me comía a besos enfrente de todos...

—Tan tierna... Cuida esos labios chiquita...

—No sos nadie para decirme que hacer, ahora si me disculpas ya me voy porque ya empieza el partido. —robé la pelota de sus manos y volví a la cancha—.

Matt:

La perseguí con mi mirada hasta la otra cancha y solo me quedé de brazos cruzados observándola.

—Ay pará... ¿Qué sos su acosador ahora? —habló mi hermano Chris—

—Claro... Seguí mal interpretando las cosas Chris. —Chris se me acercó y me susurró —

—Se nota a kilómetros que se tienen ganas Matt.

—Ella no es mi tipo de chica

—Seguro... —respondió en tono sarcástico—

Era obvio que Luana me encanta pero me gusta verla de manera no amistosa y mucho menos como rival, sino como algo más...

...

Cuando las chicas comenzaron a jugar, en ningún momento despegué mi mirada hacia Luana.
El partido venía de lo más bien y ella hizo como quince puntos seguidos.

Antes de que terminara el partido me encargué de ir hasta donde había dejado sus cosas y le saqué su botella de agua. Me quedé parado y bebí un poco hasta que terminaron, cuando menos quise acordar ella me estaba reclamando su botella.

—¡Matthew! ¿por qué te tomaste mi agua?

—Tenía sed

—Y ¿justo MI botella tenías que agarrar?

Hice un gesto de inocencia pero ella seguía enojada.

—¿Me podrías devolver mi botella? Por favor. —Me acerqué a su oreja y le susurré—.

—Con una condición...

—A ver con qué me salís ahora...

—¿Aceptarías salir conmigo mañana a la noche?

—¿Es un chiste cierto?

—No boba, quiero que salgamos juntos

—Fuiste mi rival toda mi vida y ahora ¿Me preguntas si voy a salir con vos? Wow... Eso sí me asusta.

—¿Sí o no?

—Hmm... No sé

—Bueno... Tu botella será mía entonces.

—Me puedo comprar otra, gracias por nada Matthew. —se dió la vuelta y se fué—

Cómo se hace rogar Dios mío...