Imagina | Matthew Sturniolo

Tatuaje

Luana:

Hace tres semanas había acompañado a Matt a la casa de sus hermanos porque Matt quería hacerse un tatuaje con Nick y desde ese día Matt nunca dejó de insistir indirectamente de que me hiciera un tatuaje.

Siempre me decía "yo creí que los tatuajes dolían", "te quedaría lindo un tatuaje aquí" y así muchas cosas más relacionadas con algo que involucre hacerse un tatuaje.

19:30pm

Hoy tenía pensado en acompañar a Matt y también decidí hacerme un tatuaje, pero Matt no estaba al tanto aún. Creo que rompería un poco las reglas ya que mi papá nunca me dejó tatuarme, pero él ya no figura para mí. Cuando llegamos a la casa de los chicos, los saludé y luego mantuve la charla con Mez.

—Hola linda ¿Cómo estás?

—Nerviosa porque he decidido hacerme un tatuaje por primera vez. —expliqué—

—Esa es mi chica. —respondió Matt—

—Vos tranquila, relajá y no dejes que tus pensamientos te invadan ¿Sí?

—Vas a ver que una vez que Mez te esté tatuando no vas a sentir nada. —acotó Nick—

—Uff... Okey. —intenté no estar nerviosa—

—¿Tenés definido que hacerte? —preguntó Mez—

—Estuve buscando alguna inspiración en pinterest y decidí hacerme esto __________.

—Perfecto cielo, vení entonces.

Me acerqué a la camilla que había y también le expliqué en dónde quería que lo hiciera exactamente, después de eso ella solo comenzó con su trabajo.

—Te va a quedar hermoso amor. —susurró Matt a tu oído mientras no se separaba de tu lado por cualquier inconveniente—.

...

Al principio los primeros pinchazos sí me dolieron, pero después no. Mez no tardó mucho en terminarlo y cuando terminó me puso un humectante y por último un parche para que no le pasara nada al tatuaje.

Luego de mí siguió Matt y por último Nick.

—Te atreviste a tatuarte Lua. —dijo Chris—

—Sí, la verdad que sí, de todas maneras estoy feliz por esto porque si no hubiera sido por Matt quizás nunca me hubiese tatuado.

...

Luego que Mez terminó con su trabajo, le pagamos y después volvimos a casa con Matt.

—Ay que idiota que soy, me olvidé preguntarle a Mez cuánto tiempo tengo que tener el parche puesto. —dijiste—

—Tenés que tenerlo entre cinco y seis días.

—Ah bien.

—¿Tenés hambre?

—Un poco

—¿Vamos a Mcdonald's?

—Sí como quieras cielo.

Fuimos a Mcdonald's a comprar comida y después nos fuimos a la costa, Matt estacionó y sin bajarnos del auto nos quedamos disfrutando nuestra comida mientras mirabamos la luna.

Nos quedamos en silencio por un rato porque estábamos comiendo, pero en eso Matt me habló.

—¿Estás bien chiquita? Te noto algo decaída.
—puso su mano en tu frente para asegurarse de que no tuvieras fiebre, luego verificó tus cachetes y estaban algo calientes. —tenés la cabeza y los cachetes muy calientes, más de lo normal bebé.

—Me duele un poco la cabeza es todo.

—¿Segura? ¿No quieres contarme algo? Sabes de qué estoy aquí para ayudarte. —apoyó su mano en tu muslo.

—lo mismo de siempre. —suspiraste— extraño a mi viejo padre, el que siempre estaba conmigo, el que se preocupaba por mí, el que se aseguraba de que me encontrara bien en dónde sea que me encuentre.

—Sé que es difícil cariño, pero ya sabes lo que pasó la última vez que lo fuiste a ver.

—Sí tienes razón y no sé por qué carajos estoy pensando en eso si ni siquiera sabe lo que Emma me hizo y mucho menos le diría que se disculpara conmigo. Lo odio. —Matt solo te abrazó y te sentó en su regazo, mientras ocultabas tu rostro en el hueco de su cuello y comenzaste a llorar por la importancia—

—Llorá todo lo que tengas que llorar amor. —Matt comenzó a acariciar tu pelo y luego metió su mano debajo de tu blusa para acariciar tu espalda—.

Matt pensaba en alguna solución para no verte triste, no quería que siempre sufrieras por el mismo problema que tenías con tu padre. Luego de pensar se le ocurrió cantar a capela una canción llamada Heavenly de cigarettes after sex, pero sin dejar de abrazarte puso la canción para que sonará en todo el auto y siguió cantando al pie de la letra.
Cuando estaba cantando la última estrofa tus lágrimas dejaron de salir y solo miraste a Matt a los ojos.

—Soy un desastre y perdón por arruinar nuestra noche.

—No bebé no me pidas perdón, si no hiciste nada. Está bien llorar, sé que lo necesitas porque a todos nos pasa en algún momento. Tu salud mental me preocupa más que cualquier otra cosa. —dijo mientras corría unos mechones de pelo que tenías en la cara y secaba tus lágrimas—

—En serio salvaste mi vida Matt.

—Y vos la mía también preciosa. —te tomó levemente del mentón y te dió un cariñoso beso mientras la música seguía reproduciéndose de fondo—.