↳𝟏𝐎

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Belcebú

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Belcebú.

— Mamá va a matarme —. Y ahí va otra vez, ya me tiene harta.

Observo como camina de un lado hacia otro en la habitación, Tom sigue inconsciente en su cama y yo solo disfruto de su desesperación.

— Si Tom no despierta va a ser mi fin, Gustav y Georg van a matarme, mi manager va a matarme, las fans van a matarme, mi mamá me va a perseguir por toda Alemania..- —. Lo freno antes de que le de una crisis nerviosa.

— Calmate por que te juro que te dejo en el mismo estado que Tom —. Bill frena en seco.

—¡Esto es tu culpa, Belcebú! —. Me apunta con su dedo índice.

—¿Que? Solo estaba jugando —. Me excuso molesta.

— ¿Hacer desmayar a Tom te parece un juego? —. Me quedé pensando.— Déjalo, mejor no respondas —.

— Entonces no preguntes, idiota —. El señala a su hermano molesto.— No pienso despertarlo, él se durmió solo, se despierta solo —.

— Si no lo haces no te doy mí alma —. Se cruza se brazos molesto, abro mí boca ofendida ante su amenaza.

— ¡Pero..-! —. Levanta su mano indicando que haga silencio, parezco una maldita perra haciendo caso a lo que dice.— Si no estuviera esa maldita regla de no quitarle sin consentimiento el alma a alguien, ya estarías muerto —. Me levanto de mí silla y camino hasta Tom.

— No te quejes, tu fuiste responsable —. Le hago fuck you y llevo mí vista a su gemelo que parece más muerto que vivo, ah, no se crean.. bromita.

— Bien... Necesito precalentar —. Arremango las mangas de mí chaqueta hasta los codos y froto mis manos hasta conseguir que se hagan mini rayitos.

— Espera, ¿Que mierda harás con eso? —. Hice el esfuerzo por no poner los ojos en blanco, mí paciencia no aguanta con este imbécil.

— En serio, ¡Cállate! —. Bill me mira molesto y se sienta en la silla en la que yo estuve hace unos momentos.

Vuelvo mí concentración a Tom, me arrodillo en la cama a su lado, pongo bruscamente mis manos en su pecho y abdomen causando una descarga eléctrica que lo hizo despertar de golpe, pero a causa de eso me caí de la cama cuando su hombro chocó contra el mio.

Que lindo, uno ayuda y así le agradecen.

Me levanto como si nada, Tom respira agitado sin entender que le pasó.

— Tom, cálmate, se que puede ser extraño pero ..- —. Tom se levanta de golpe y me mira.

— ¡Tú! Tu eres la que se me apareció en el asiento trasero del carro —. Me mira espantado.

— ¿Ya lo conocías? —. Habla Bill molesto pero lo disimula al segundo de decir eso.

— Si, también a Georg y Gustav, hago muchas cosas cuando no me estás viendo, Bill —. Respondí tranquila.

— ¡¿Ya la conocías?! —. Exclama Tom.

Bueno, ahora en vez de tener complejo de trapeador de piso tiene complejo de loro.

— En fin, lamento lo que pasó en tu carro.. —. Me quedo pensando un momento.— Nah, no me arrepiento de nada, olvídalo —. Me río.

— ¡Pude morir, maldita loca! —. Se acerca a mí y yo lo miro con asco.

— Ojalá, una rata menos —. Tom se llevó una mano al pecho, ofendido por mis palabras.

— Bill, controla a tu mini diablo, dile —. Le ordena a su gemelo el cuál está por decir algo pero con una simple mirada de mí parte se retracta.

— ¿Y si mejor se calman los dos? —. Sonríe tratando de calmar las aguas.

— Mejor dile a tu perra que no me moleste —. Salgo de la habitación pero luego vuelvo a entrar.— Casi lo olvido, explicale por qué estoy aquí, luego me llevo su alma —. Cerré la puerta otra vez y me fui a la cocina, escuchando como el paranoico de Tom le grita a Bill.

Amo asustar a los humanos, creo que me voy a especializar en eso.

𝐁𝐄𝐋𝐂𝐄𝐁𝐔 | 𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora