↳𝟏𝟑

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Belcebú

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Belcebú.

Al entrar a la fiesta no puedo explicar el nivel de repudio que me dió, está lleno de hormonas revueltas, alcohol y droga, no invitan los hijos de perra.

— ¡Perra, llegaste! —. Si, la rata humana también está.

— ¿Tu hermano? —. Le quito la cerveza de la mano.

— Con su ex —. Me quita la botella.

— Con su ex —. Repito sin importancia pero después miro a Tom con intriga.— La ex, está con Bill, eso quieres decir —.

— Si, allá están —. Señala una dirección a mis espaldas, no puedo evitar sentir asco al verlos, sigo sin entender a los humanos.

¿Que necesidad hay de compartir saliva de esa forma? Bien, ya me dió una arcada de solo pensarlo, aunque tengo la demostración en vivo y en directo de Bill y su hiena.

— Pienso lo mismo que tú, esa puta dejó mal a mí hermano una vez, te doy cien dólares si le causas una enfermedad mental —. Miro a Tom el cuál tiene la misma cara que yo.

— Acepto transferencias bancarias —.

— Hecho —. Ambos seguimos hablando eh insultando hasta que siento un leve aturdimiento, y no es la música.

— Así que, Belcebú... Si te pido un succubus, ¿Me lo traes? —. No puedo mantener mí atención a Tom y Bill a la vez..- mierda, Bill. No está el hijo de su perra madre.

— Si y no, después te explico —. Sin dar más de que hablar recorro casi todo el lugar en busca de ese par, se que Bill está borracho y puede pasar algo que no debería.

Ya se, me importa un huevo y la mitad del otro con quién se meta, pero esa perra tiene más pecados que yo y toda la legión de Satanás la muy puta.

Subo las escaleras que dan al segundo piso y escucho risas dormidas, ese debe ser Bill, esa risa de retrasado mental no la puedo confundir.

Entro de la nada a la habitación y veo a esa deformación humana encima del pobre Bill que ya está en medio viaje astral, no sabe ni donde está parado.

— Puta, más te vale que saques tu anatomía de encima de Bill o tu cabeza le va a dar una caricia a velocidades altas a la pared —. Amenazó apoyada en el marco de la puerta.

— ¿Tu quién eres? Jodete, déjame a mí novio y a mí, maldita —. Sigue en su intento de sacarle la camiseta a Bill, aprieto mí mano causándole un calambre a esa víbora de cascabel haciendo que no le quede de otra que bajarse de la cama.

— Puedo ser tu peor pesadilla cariño, pero estoy de buenas, así que mueve ese trasero de silicona y vete, si no quieres que se te salgan las prótesis de los golpes que te voy a dar —. Camino un poco y el aire, a causa de mí presencia, se hace demasiado pesado, se que a ella le cuesta respirar y lo uso a mí favor.

— Bill es mío, tu seguro eres otra puta que quiere estar con él, pero no vas a lograrlo, lo tengo comiendo de la palma de mí mano —. La situación se torna tensa, pero vaya, no puedo contener mí risa y es lo único que se escucha en la habitación.

— Si claro, Bill es estúpido pero no creo que tenga tan malos gustos y que se fije en un saco de tetas falsas, un culo operado y una cara que parece de Michael Jackson después de meterse dos kilos de droga —.

— Y tú que, con ese cuerpo no llamas la atención de nadie, yo por lo menos tengo lo que quiero cuando lo deseo —. Bien, ya me cansé.

— Yo te avise que era mejor irse, Anne —. Al decir su nombre mí voz se hace terrorífica para quién la escuche, las luces de la habitación se tornan rojas y mí cuerpo se deforma en un espectro de tres metros, ojos rojos, boca gigante y dientes afilados.

Anne grita asustada eh intenta abrir la puerta mientras llora de la desesperación y yo solo puedo reírme de forma retorcida y tétrica.

— Te lo dije querida Anne, debiste alejarte de Bill cuando te lo dije, no es buena idea retar a la misma Belcebú —. Lanzo su cuerpo contra la pared y acerco mí cara a la suya.

— Por favor, déjame, haré lo que quieras, no me mates, por favor —. Si desespero y miedo es energía pura a mí alma oscura.

Voy a divertirme en serio con ella.

𝐁𝐄𝐋𝐂𝐄𝐁𝐔 | 𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora