Belcebú
Llegamos a la puta Francia, con Adirael tuvimos que ir caminando desde las afueras para no levantar sospechas, no sería nada bueno que la gente vea a dos "personas" volar por los aires, además el barba es sensible con esos temas y sinceramente no tengo ganas de aguantar sus típicas quejas de anciano.
- Se aspira amor aquí -. Ambos miramos una pareja.. digo, varias parejas en un puente poniendo esos candados horribles que "sellan el amor", aunque se que la mayoría se va a separar.
- También falta de agua y jabón, creo que me exterminaron el olfato con tanto olor desagradable que emanan -. Siento ganas de vomitar, pero aunque lo intente no va a salir nada, soy un ente oscuro, es imposible que pase.
- Por algo se hizo el perfume aquí, dah -.
- Ah -. Me doy vuelta y sigo caminando hacía una horda de adolescentes alborotadas frente a un hotel, se que ellos están ahí.
- La preguntas es.. ¿Adirael y Belcebú podrán cruzar esa gentuza y llegar ilesos a su destino? ¿Será el fin del equipo chispita? Lo veremos en el próximo episodio -. Habla una voz con misterio en su tono, de verdad, me tiene harta.
- Tienes graves problemas de esquizofrenia, ¿Chispita? No jodas Adirael -. Le doy un golpe en el costado de su cabeza y camino lejos de él.
- ¿Entonces fueguito? -. Corre hacia mi.
- Callate -. Iba a ingresar por la puerta principal del hotel pero aparece un mastodonte de tres metros frente a mí.-
- ¿Que hay pelón? -.
- Shh -. Le piso el pie.- Disculpe, soy parte del staff de Tokio Hotel -. Sin que se percate creo una credencial tipo pase en mi bolsillo, saco dos de ellos y se lo muestro.
- ¿Nicky Moon? -. Yo asiento.- Muy bien, puede pasar -. Logro pasar y veo que mira a Adirael desconfiado
- Vengo con Nicky, permiso -. Quiso pasar pero fue detenido.
- ¿Car Melolames? -. Recibo una mirada de odio por parte del rubio.
- No, es Carmelo -. Suspira avergonzado y el mastodonte lo deja pasar.
- Vamos, fue divertido -. Me burlo una vez que está a mi lado.
- Te odio, ese pelón con complejo de Popeye quiso reírse de mi -. Le hace fuck you a sus espaldas eh ingresamos al elevador.
- Calmate, Carmelo -. Suelto una leve carcajada.
- Callate -.
Al llegar al piso donde se quedan los chicos Adirael vió a una Francesa con olor a detergente y se fue cual perrito enamorado detrás de ella.
- Traidor -. Avanzo unos cuantos pasos y me detuve en la habitación 483.
Toco la madera con mis nudillos de forma leve pero fuerte, al ver que no responden doy una patada bruta haciendo que se escuche por todo el pasillo.
- ¡YA VOOY! -. Se escucha la voz de Bill, cuando abre la puerta su expresión cambia de forma drástica.- ¿Que demonios haces aquí? -.
- Parece que hay que tratarte con violencia para que hagas caso -. Ingreso a la habitación sin permiso.
- Oye, oye, ¿Que crees que haces? No te quiero aquí Belcebú -. Cierra la puerta y se queda ahí.
- ¿Me ves cara de que me importe lo que digas, niño? -.
- ¿Me ves cara de que me importe tu opinión, demonio? -.
Suelto una risa burlona.
- ¡Vaya! El niñito se revela, que tierno -. Bill solo entorna los ojos y se sienta en un sofá.
- Ya tengo mi deseo, los chicos igual, es un deseo en conjunto -. Borro mi sonrisa y enarco una ceja.
- ¿Que carajos dices? Así como si nada, ya lo decidiste -. Él asiente, por primera vez tengo mi mente en blanco como una hoja en pleno exámen, me descoloca esa acción repentina.- Si lo pides ahora puede cambiar todo -.
- Mi deseo es que vuelvas al infierno de donde saliste y no tengas ningún tipo de interacción conmigo o el resto de la banda -. Mis manos se llenan de un fuego azul, ese deseo es legal, mierda.
- Es absurdo, gastas la oportunidad de tu vida al querer eso, el deseo es para pedir algo que no tienes o te hace falta -. Trato de lavarle la cabeza, puedo irme ahora, pero no es el momento.
- Es absurdo si pidiera que regreses al tiempo y revivas a Anne -.
- Y dale con lo mismo, niño no vengas con estupideces, no estoy para perder mi tiempo, no voy a cumplir ninguno de esos deseos -. Apago el fuego de mis manos las cuales se queman un poco, acabo de violar una de las leyes más importantes pero no me importa.
- Lo suponía, demonios como tu jamás cumplen su palabra, solo mienten -. Sonríe con enojo.
- Felicidades, espera que te doy una estrellita dorada por tu sabia respuesta -. El aire se siente tenso, Bill me mira fijo y yo miro otra parte de la habitación.
- Tus manos, se que rompiste una regla del inframundo, investigue todo -. Mi mandíbula se tensa y clavo mi mirada en la suya.- El fuego azul representa el pacto, si lo apagas sin sellar nada tus manos se hacen negras como el carbón -.
- Me impresionan las burradas que salen de tu boca, ¿De donde lo sacaste, mentiras demoníacas.com? -. Me burlo pero Bill abre su chaqueta y saca un libro, voy a matar a Adirael, el muy puto seguro se lo dio a este inútil.- Suelta eso, ahora -. Demando con tono firme.
- Libro sagrado del inframundo, pagina 336 -. Bill empieza a leer pero mis impulsos son más fuertes y termino tirandome encima de él.
- ¿La paliza de la otra vez no te fue suficiente, mocoso? -. Mis uñas se hacen largas y las clavo en su cadera desnuda cuando su camiseta se levanta, Bill jadea del dolor pero aún así pone sus manos en mis hombros en un intento fallido por librarse de mí.
- No puedes lastimarme, está prohibido, lo dice en el libro -. Llevo una mano a su pálido cuello y lo aprieto levemente, de mí pecho se siente una vibración que escapa un sonido escalofríante, mi lado demoníaco quiere salir.
- ¿Confías demasiado en lo que lees, crees que no puedo lastimarte? -. Meto mi mano que estaba en su cadera por dentro de su camiseta, la respiración de Bill cambia y se entrecorta un poco. Su piel es suave, clavo mis uñas en su cintura y jadea otra vez del dolor.
- Ya lo hubieras hecho hace rato, se que no vas a matarme -. Sus pupilas se dilatan cuando acerco mi cara a la suya, sus manos aflojan su agarre en mis hombros y traga en seco.
- ¿Qué pasa, urgido? -. Me burlo, lo suelto de golpe con desprecio y le quíto el libro.- Cuando tengas un deseo coherente volveré y me llevare tu asquerosa alma, mocoso, por el momento vive intranquilo -.
- ¿No te quedas? -. Sus mejillas se tornan rosas pero no se atreve a mirarme, veo que su camiseta sigue dejando expuesta su cadera, hay marcas de uñas clavadas, mi marca, maldición.
- Voy a estar en el balcón -. Lo dejo solo y salgo, nunca creí tener que tomar aire frío, recargo mis brazos en la baranda.
Bill es un mocoso que no sabe en lo que se mete.
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𝐁𝐄𝐋𝐂𝐄𝐁𝐔 | 𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳
Fanfiction𝔘𝔫𝔞 𝔦𝔫𝔳𝔬𝔠𝔞𝔠𝔦ó𝔫 𝔭𝔬𝔯 𝔢𝔯𝔯𝔬𝔯, ¿𝔔𝔲𝔢 𝔭𝔲𝔢𝔡𝔢 𝔰𝔞𝔩𝔦𝔯 𝔪𝔞𝔩? ★| No acepto copias o adaptaciones del libro, si eso pasa sin mí autorización esa copia será denunciada.