↳𝟐𝐎

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Bill

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Bill.


Cubro mí cara con ambas manos una vez que Belcebú ya no está cerca de mí. Todavía siento el ardor de sus uñas clavándose en mí cadera, por alguna razón me gustó su forma de dominarme pero no es lo correcto.

Belcebú puede matarme en cualquier momento y yo estoy de pendejo masoquista pensando que me encantó la apretada.

Muerdo inconscientemente mí labio inferior y acaricio la marca de sus uñas en mí cadera.

- Bill cálmate -. Me digo a mi mismo pero siento que el pantalón me aprieta más de lo normal, miro hacia abajo y de inmediato pongo un cojín cuando entra Belcebú.

- ¿Que haces? -. Frunce el ceño y trato de actuar normal.

- ¿Que hago de qué? ¿Que haces tú, no ibas a irte? -. Trato de sonar enojado todavía.

- ¿La tintura te afecta el cerebro? Tú dijiste que me quede, bipolar de mierda -. Cierra las cortinas y prende el aire acondicionado.

- Si, lo olvidé -. Empiezo a sentir frío.- ¿Por qué lo prendes? Hace frío, Belcebú -. Cierro mí chaqueta y meto las manos en los bolsillos.

- Hace calor, demasiado, más que en el inframundo -. Amarra su cabello y se quita la blusa quedando con una más corta estilo top.

Desvio mí mirada a dónde no debo, pero antes de que se de cuenta miro hacia otro lado.

- ¿Estás bien? —. Trato de desviar mí atención a su cara, estoy siendo un maldito hormonal ahora.

— ¿¡Donde carajos está?! —. Me exalto ante su repentino cambio de humor.— Maldición, no está —. Tira su chaqueta frustrada.

— Belcebú —. La llamo para captar su atención, me ofende sentirme ignorando.

— Si, estoy bien —. Yo asiento pero vuelve a hablar.— Bien cerca de morirme —.

— ¿Que? —. La miro espantado.

— No te lo tomes literal, es fiebre.. pero no de la que conoces —.

— ¿Una fiebre demoníaca?—. Ella asiente y se sienta a mí lado.— Aún así, déjame ver —. Acerco mí mano a su frente, pero cuando tengo el mínimo contacto siento mí mano arder, la quito de inmediato.

— Te recomiendo no tocarme, te vas a quedar con quemaduras de segundo grado si sigues —. Agita su mano cerca de la cara para al menos darse alivio.

— Mierda, Belce, estás muy mal —. Me siento preocupado por ella, no sé que hacer para que se sienta mejor.

𝐁𝐄𝐋𝐂𝐄𝐁𝐔 | 𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora