HAUNTED LEGACY // Finn Wolfhard [✔️]

08

Tn POV

Más tarde había bajado a la lavandería para recoger la ropa y al no tener otra opción terminé mezclando la de Finn con la de Sadie y yo. Además no había más canastas.

Al volver a la habitación comenzamos a doblar nuestras cosas para guardarlas, hasta el momento Sadie no había sacado algo de Finn.

—Estoy segura de que esto no es tuyo —Sadie tomó una sudadera negra muy grande para cualquiera de nosotras.

Apreté los labios porque se me había pasado decirle que nuestra ropa se había lavado con la de Finn, seguro me diría que en todo lo que yo hacía estaba involucrado Finn.

—Oh por Dios —Levantó con dos dedos como si fueran ganchos la ropa interior de Finn y yo me pasé una mano por los ojos incómoda por eso—. Ahora sí estoy segura de que esto no es tuyo.

—Sí, es que... —Reí nerviosa y me rasqué el cuello—. Cuando llevé nuestras cosas a la lavandería me encontré con Finn y pues bueno, dijo que lavaría su ropa con la nuestra.

—Dios mío —Se pasó una mano por el cabello y movió sus piernas mientras miraba el techo en forma de reproche—. Jamás me había pasado, siempre hace eso, lava sus cosas con las de los demás como si fuera agradable ver su ropa interior.

—¿Entonces no lo hizo para molestarme? —pregunté sorprendida doblando la ropa dejando la de él a un lado de la canasta.

—No, lo hace todo el tiempo —respondió y asentí por la información.

Al terminar de doblar nuestras cosas dejamos las de él en la canasta en lo que guardabamos las de nosotras en nuestro armario.

—¿A dónde vas? —preguntó cuando tomé la canasta para salir de la habitación.

—Se la voy a llevar —respondí con obviedad y ella me miró arqueando las cejas confundida—. ¿Qué tiene?

—Nadie ha hecho eso, siempre la dejan en la lavandería para que el vaya por ella —explicó y me encogí de hombros.

—Ni qué me fuera morder —Reí un poco para después salir de la habitación.

Como no sabía cuál era su habitación terminé preguntando en la oficina de la secretaria con una buena razón así que no tuvo problema en decirme que era la ochenta y tres del séptimo piso. Agradecí por la información y luego volví a la residencia para tomar el elevador.

Marqué el piso siete y luego le di una bocana a mi inhalador cuando mi celular comenzó a vibrar con la alarma en mi bolsillo trasero.

Observé de reojo sus cosas y reí levemente al ver que tenía un bóxer con estampado de rayas de tigres, sería una buena cosa para molestarlo.

Al llegar al séptimo piso me sorprendió lo iluminado qué estaba, pero me dediqué a buscar la habitación hasta que di con ella.

Me acerqué y debatí mentalmente en si tocar la puerta y salir corriendo dejando la canasta afuera o darle la cara. Opté por la segunda porque no es como que me fuera a apuntar con un arma.

Toqué un par de veces y esperé a que abriera golpeando la canasta con mis dedos inventando una melodia hasta que se abrió.

Me miró con sorpresa y abrió los ojos mientras yo solo sonreí nerviosa y levanté un poco la cabeza para poder verlo a los ojos.