🖇️𝙳𝚒𝚎𝚌𝚒𝚜𝚎́𝚒𝚜🖇️

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Hanna;

Me removí en la cama sin querer despertarme, pues estaba bastante cómoda entre aquellas mantas. Hundí mi nariz a la almohada e inhalé aquel aroma tan varonil que tenía. Aquel perfume me encantaba y era muy adictivo olerlo.

Me acurruqué contra la almohada ya que sentía frío en la parte de mi espalda y mis piernas. Abrí los ojos lentamente y me acostumbré a la luz. Miré a mi lado izquierdo y estaba vacío, el no estaba allí. Me senté en la cama y bajé la mirada al sentir frío.

Mis ojos se abrieron como platos al ver que mis pechos estaban desnudos y al ver que solo tenía mis bragas. Me tapé con las mantas y un miedo inundó mi sistema. Yo no había hecho el amor con el, ¿Verdad que no?. Ni siquiera me acuerdo de nada. Levanté las mantas y suspire un poco aliviada al no ver una mancha de sangre, se supone que cuando uno pierde la virginidad le sale sangre, al menos eso le pasaba a la mayoría de mujeres.

— ¿Durmió bien? — Miré la entrada de la habitación y allí estaba la señora del aseo con una bolsa en su mano.

— Si, gracias — Murmuré sintiéndome avergonzada — ¿Y Jungkook?.

— El señor está en la sala de entrenamiento — Fue lo que respondió y yo asentí lentamente — El me mandó a traerle esto — Puso la bolsa de regalo encima de la cama

— ¿Que es y por qué el no vino a dármelo?.

— Es ropa para usted — Fue lo que dijo — Y él está ocupado — Hizo una reverencia y salió cerrando la puerta.

¿Ocupado en que exactamente?. Me levanté de la cama y me dirigí a su clóset, de allí saqué una de sus camisas blancas y me la puse sin abotonar los tres primeros botones. Me lavé el rostro y me lo sequé con una toalla limpia, luego salí de la habitación y demoré unos minutos en buscar aquella sala de entrenamiento.

Caminé por el pasillo y luego entré en aquella sala. Esta era super grande, iluminada y tenía muchas cosas para entrenar. Todas las miradas de aquellos hombres que trabajan para Jungkook me miraron haciendo que me remueva incómoda. Jungkook clavó su mirada oscura en mi y miró a sus hombres con seriedad.

— ¿Que hacen mirando lo que no deben? — Su voz fue fría y tosca haciendo que aquellos hombres dejen de verme las piernas — Más vale que no vuelvan a mirarla, el que lo haga no dudaré en matarlo — Sentí escalofríos al escucharlo.

Jungkook me miró y camino hasta mi dando zancadas. Grité en sorpresa cuando el me cargó sobre su hombro como si fuese un costal de papas.

¿Ese iba a ser su pasatiempo favorito? ¿Cargarme como si yo fuese una pluma?.

— Ya bájame — Golpeé su espalda.

El se hizo el sordo y empezó a caminar por el pasillo. Golpeé su espalda con mis pequeñas manos y lo que vino después me dejó completamente atónita y sin palabras. ¿Él me azotó una nalga?. Oh, mierda, ¿Por qué me toca de aquella manera?. Nunca antes me había azotado las...

Un pequeño flasback borroso de anoche me hizo acordar que él ya lo había hecho. Anoche antes de salir del antro me azotó una nalga, ¿Cómo puede ser tan descarado y tocarme sin permiso mío?.

Caí bruscamente en la cama y lo miré sorprendida. Su mirada oscura y semblante frío estaba clavada en mis ojitos de perro regañado, ¿Por qué se veía enojado conmigo? ¿Que le hice yo para que esté de esa manera?.

— No vuelvas a salir así de esta habitación — Sentenció molesto — ¿Acaso no te das cuenta que por todos los lados de esta mansión hay hombres?.

— No sabía que me iban a mirar de aquella manera — Me levanté de la cama — ¿Y por qué te escuchas molesto?.

— Porque estoy molesto — Respondió

𝐌𝐚𝐟𝐢𝐨𝐬𝐨 𝐩𝐨𝐬𝐞𝐬𝐢𝐯𝐨 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora