𝐌𝐚𝐟𝐢𝐨𝐬𝐨 𝐩𝐨𝐬𝐞𝐬𝐢𝐯𝐨 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤

🖇️𝚅𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎🖇️

Una semana después

Maratón
1/3.  

Hanna;

— Ya, dije que no lo quiero. — El puso los ojos en blanco al escucharme.

— ¿Por qué no? — Enarcó una ceja

— Es muy caro — Señalé aquel iPhone 15 Pro Max — No voy a aceptarlo, ya veré como me consigo uno.

— ¿En serio me vas a rechazar mi regalo? — Preguntó indignado

— Jungkook, no debes regalarme cosas caras.

— Te regalé el collar — Me señaló este — Fue muy costoso, más que este simple celular.

— ¿Simple celular?. No es simple — Cruce mis brazos — Y el collar es un detalle diferente, significativo para mí. — Le aclaré y el se acercó a mí rodeando mi cintura.

— Sólo acepta el teléfono, ¿Cómo me comunicaré contigo si no tienes uno? — Enarcó una ceja mientras me apresaba más contra su cuerpo — En está semana me ha tocado enviarte recaditos con mis hombres.

Y aquello era muy cierto, nos habíamos comunicado a la antigua, con cartas pequeñas. También me enviaba flores o chocolates y aquello me hacía derretir de amor. Pero es que no podía aceptar su regalo, digo, si lo necesito y más para comunicarnos, pero su regalo es muy caro.

— Nos quedaremos como estamos — Fue lo que dije, y cuando él iba a protestar, yo lo besé en un toqué de labios.

Jungkook gruñó cuando me alejé de sus labios y yo reí. Rodeé su cuello y el me miró fijamente para después volver a besarnos, pero esta vez con más rapidez. Nuestros labios danzaban en una sincronización perfecta, además de que se amoldaban a la perfección. Su lengua pasó por mi labio inferior y yo entreabrí mi boca para darle paso a su lengua donde se encontró con la mía. Nuestras lenguas empezaron una batalla que nos robó jadeos y al final su lengua me ganó aquella excitante batalla, pero, ¿Que se esperaba de Jungkook?. Si el es muy competitivo.

— Debemos irnos — Susurré con la respiración pesada

— Podríamos no ir a la fiesta y quedarnos a hacer cosas más excitantes, ¿No?. — Mi cuerpo se estremeció al escuchar su voz ronca. Sin embargo, reí por lo bajo al escuchar sus dobles intensiones.

— Es una propuesta bastante tentadora — Susurré encima de sus labios — Pero ya quedamos en ir con ellos. Así que ya vámonos — Me alejé de su cuerpo y empecé a caminar hasta la salida de la sala.

— Vamos, nena. No me puedes dejar duro — Me giré al escucharlo y en ese momento Jungkook guardo aquel teléfono en su bolsillo trasero.

— Claro que puedo, se te pasará — Me encogí de hombros y el me miró indignado haciendo que ría — Te lo recompensaré. Lo prometo — Le di mi palabra y una sonrisa ladina se asomó en sus labios.

— Más vale que sea así — Advirtió señalándome con su dedo índice.

Ambos salimos de la mansión y luego el chófer nos abrió la puerta de la camioneta blindada. Ambos nos subimos y en cuestión de segundos la camioneta se puso en marcha hasta aquel Antro concurrido.