🖇️𝚅𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚌𝚒𝚗𝚌𝚘🖇️

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Maratón
2/3.   

Jungkook;

La abracé con fuerza y mi pecho dolió al escuchar su llanto. Hanna se aferró a mi y sus sollozos me dolieron en lo más profundo de mi alma. La cargué en brazos y subí a mí habitación cerrando la puerta. La senté en mi cama y quité sus zapatos.

Apreté mi mandíbula y sentí mi sangre hervir de la rabia al ver su labio roto, su mejilla golpeada e hinchada, en su cuello había una pequeña cortada con sangre y en su antebrazo también había una cortada. Su llanto aumentó mucho más haciendo que mi corazón duela como nunca antes había dolido.

— Dime quién te hizo esto — Mi voz salió enojada — ¿Y en donde estaban los malparidos guardaespaldas? ¿No se supone que estarían protegiéndote?. — Mi voz salió grave y tosca sin poder evitarlo.

Exigí con la mirada que me lo dijera, que me dijera quién le hizo esto para yo ir ahora mismo y matarlo con mis propias manos. No iba a dejar pasar esto, el que se haya metido con Hanna lo pagará muy caro. Juro que esa persona me las va a pagar y haré que se arrepienta de lo que le hizo a ella. Hanna sollozó con más fuerza sin articular palabra alguna y aquello me estaba matando vivo.

— Q-quiero darme un baño — Sorbió su nariz y yo la cargué hasta el baño.

Allí prepare la bañera y luego empecé a quitar su ropa. Hanna no me miraba y por esa razón agarré su mentón para que me mirará.

— Dime por favor que no te tocaron — Ella tragó con fuerza y negó. Sin embargo, algo dentro de mí no le creía.

Decidí no presionarla y besé su frente para después quitar la ropa que le faltaba. No mire su cuerpo descaradamente porque no era el momento para eso. Así que simplemente hice que ella entrara a la bañera y allí se sentó, la bañé con cuidado y pase la esponja de baño por todo su cuerpo. Al finalizar, la enrolle en una toalla y la lleve a la cama. De los cajones del clóset agarré una playera mía y unas bragas que ella había dejado un día aquí. Se las puse con cuidado y luego la playera negra. Sequé su cabello con la toalla y luego la peine con cuidado. Aplique una crema en su mejilla y luego puse una curita en su cuello, y otra en su antebrazo. La miré y sus mejillas estaban rojas de llorar, al igual que sus ojos y nariz.

Besé sus labios en un toqué y suspire con pesadez alejándome de ella sintiéndome tenso, enojado, e impotente al saber que esos Idiotas de los guardaespaldas no la defendieron como debían hacer.

Mis facciones se relajaron y decidí acostarme a su lado, decidí abrazarla transmitiéndole que estaba a salvo conmigo, que ya nadie le haría daño, me quedé allí con ella esperando a que se calmará o esperando a que ella me dijera que había sucedido para que llegara en aquellas condiciones. Hanna se aferraba a mi con mucha fuerza y lloró de nuevo en mi pecho, por mi parte, le brindaba caricias en su cabello húmedo mientras que le repetía una y otra vez que todo estaría bien, que ya estaba a salvo conmigo, y de cierta forma, mis palabras ayudaron para que su llanto fuera disminuyendo.

Me quedé a su lado, abrazándola y diciéndole que yo estaba allí, que ya no debía temer por nada.

Me quedé a su lado, abrazándola y diciéndole que yo estaba allí, que ya no debía temer por nada

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𝐌𝐚𝐟𝐢𝐨𝐬𝐨 𝐩𝐨𝐬𝐞𝐬𝐢𝐯𝐨 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora