🖇️𝚅𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚞𝚗𝚘🖇️

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Hanna;

Mi garganta se secó completamente y los latidos de mi corazón retumbaban contra mi pecho con intensidad. Mis ojos se abrieron como platos al ver aquella erección prominente, entre sus boxers yacía un bulto enorme que hasta me llegue a asustar.

Jungkook bajó sus boxers y luego los tiro al suelo. Quedé completamente petrificada en mi sitio y mis ojos se abrieron más de lo normal que hasta sentía que se me iban a salir. Mi boca se abrió formando una O de la impresión y sentí mi boca completamente seca. Su miembro era grande, venosos, (Aunque no tan venosos) era un poco grueso, su glande estaba rosado y hinchado.

Se me hacía... bonito, si, creo que es es la palabra.

— ¿E-eso entrará en mi? — Pregunté con los nervios a tope. El soltó una risita por lo bajo.

— Así es — Agarró un sobre de la mesita de noche y supe que era un preservativo

— Es muy grande — Le dije casi sin voz por lo impresionada y nerviosa que estaba.

Jungkook sonrió ladino abriendo aquel sobre para acto seguido desplazarlo por su erecto miembro.

— Se que es grande — Me dijo como todo un arrogante — Ya estás lubricada así que no te dolerá mucho.

— ¿Alguna vez le has quitado la virginidad a una mujer?.

— No — Negó acomodándose en el medio de mis piernas — Está será la primera vez que lo haga — Me hizo saber — ¿Estás lista?.

— Si — Susurré aferrando mis manos a las sábanas.

Jungkook besó mis labios y yo correspondí entre suspiros. Lo vi alinear su miembro en mi entrada y luego se fue adentrando haciendo que cierre los ojos con fuerza.

— Quiero que me mires, Hanna. — Habló con voz suave haciendo que abriera los ojos — Quiero que me mires a mi mientras te hago mía — Su voz era tan suave y cariñosa que hizo que mi corazón se acelerará más de lo que ya estaba.

El pelinegro beso mis labios y yo correspondí mientras sentía como su hombría se iba abrieron paso dentro de mí. Clave mis uñas a su espalda y luego ahogué un fuerte gemido en sus labios cuando sentí como toda su hombría entró en mi. No iba a negar que me dolía, pero era un dolor soportable que muy pronto se convertiría en placer. Sus besos se desviaron a mi cuello y allí succionó, lamió y dio pequeñas mordidas haciendo que mi piel se estremezca.

— Puedes moverte — Hablé cegada por sus besos en mi cuello.

Jungkook me hizo caso y empezó a mover sus caderas en un vaivén lento, placentero y muy profundo. Me aferré a su espalda y mis gemidos se empezaron a escuchar por la habitación, menos mal que los que estaban abajo no me escucharían ya que la música estaba bien fuerte y retumba por las paredes.

Las penetraciones de Jungkook me hacían perder la poca estabilidad que yo poseía. Me deleité escuchando sus jadeos y me deleité por sus movimientos. Sus caderas se movían con precisión y con suavidad llevándome a las nubes. Mi respiración era un caos, los latidos de mi corazón golpeaban con fuerza mi cavidad torácica y sentía mi cuerpo mucho más caliente que antes. Enredé mis piernas en sus caderas y ambos soltamos un gemido entrecortado al sentirnos mucho más. Jungkook daba besos detrás de mi oreja y yo soltaba gemidos en su oído. Sus gruñidos y pequeños jadeos me hacían perder los estribos.

Rasguñaba su espalda con mis uñas cuando sus embestidas aumentaron mucho más, cuando sus penetraciones eran mucho más profundas y rápidas, pero aún así, no dejaba ese toqué cariñoso y delicado. Me sentía bien entre sus brazos, estaba disfrutando de sus movimientos y de su manera de hacérmelo, sabía que él también lo estaba disfrutando, pues de vez en cuando soltaba gemidos o gruñidos satisfactorios.

𝐌𝐚𝐟𝐢𝐨𝐬𝐨 𝐩𝐨𝐬𝐞𝐬𝐢𝐯𝐨 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora