Camine de manera vergonzosa por los pasillos del castillo. Louis había dejado la orden de que me vistieran de manera formal, la vestimenta que usaba la gente que nació en la realeza.Yo obviamente no me vestí de esa forma.
Solo me puse mi camisa azul, que era mi camisa más bonita y los pantalones blancos con dorado que me había regalado Louis, en nombre a su reino.
Llegue y lo vi sentado en la punta de la mesa con una sonrisa de suficiencia.
–Sabía que no ibas a ponerte lo que te di.
Yo camine avergonzado.
–¿Para jugar a que soy de la realeza por una noche? No, gracias.
Me se te aún sintiendo mirarlo a los ojos.
–Ya no ocultas tu olor.
–Oh, supongo que ya no estoy en peligro cada noche. O por lo menos si lo estoy, puedo ponerle llave a mi puerta.
–Dijiste que solo lo soltarías cuando vivieras con tu alfa.
–Si, cambie de opinión.
–¿O lo sueltas solo cuando te ves con Leon Wiesel?
Lo mire por primera vez en la cena.
–¿Como...
–Trabaja en el hotel de su padre, tiene quince años, da clases particulares de historia inglesa.
–Estas completamente loco.
–Tu deberias conocer mejor al que será tu alfa, ¿Sabias que su madre trabaja vendiendo miel y queso?
Los sirvientes llegaron con toda la comida, platillos enormes llenos de carnes y especias que jamás ni en dos visas podría pagar con mi dinero. Aún así toda la situación me hacía sentir algo en mi interior, mi omega estaba realmente reclamando la atención del alfa de Louis.
–Leon no va a ser mi alfa. Solo me dio pena, pero le explicaré luego que no planeo tener alfa por el momento.
–¿No?
–Ya te lo dije, lo tendré cuando quiera.
El levantó una ceja comenzando a comer y yo llevo un pedazo de algo que no sabía bien que era a mi boca.
Era como pescado pero de color rozado y muy bien cocinado.
Que rico.
–Te tengo un regalo.
Mis ojos brillaron ante la mención de estos, siempre me hacían muy feliz. Pero me mantenía humilde.
–No hacía falta.
–En realidad te tengo algunos regalos.
Mete su mano en su bolsillo sacando una cajita mediana, la abrió para mi y vi un collar de oro muy delicado.
Tan hermoso que no necesitaba un dije.
–Louis, es muy hermoso. No puedo.
–Si puedes.
Se levantó a colocármelo. Jamás había tenido nada más hermoso que esto.
–Come más, eres puro hueso.
–Subí mucho peso desde que llegue aquí.
–Que dices, estás muy flaco.
Comí un poco más sintiendo mi sonrojo furioso al recordar la ecena que hizo Louis hace un rato.
–¿Cuando es tu cumpleaños? Imagino que se hará una gran fiesta.
–Ya pasó, fue en navidad.
–¡Hey! Feliz cumpleaños muy tarde.
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Pincel rojo [L.S]
FanfictionEl Rey Tomlinson nunca se imaginó cuán caro iba a ser el precio de su placer, cuando las pinturas de un pintor anonimo lo convirtieron en el rey de la lujuria. -Pintarás para mi. Tampoco sabía que esa acción dejaría entrar a su vida a la persona más...