Pincel rojo [L.S]

25

Cuando me levante lo primero que escuché fue a mi omega poner el grito en el cielo. Sonreí levantándome con pereza mientras escuchaba a todo el castillo ir de arriba hacia abajo.

Quizá es que quería que sea una sorpresa.

Pero hoy era navidad.

Ósea mi cumpleaños.

Habíamos cancelado la reunión de todos los años en cuanto comenzaron a ofrecer sus ma vip es en lugar del castillo, este era un caos cada año de celebración así que solo aceptamos.

En cuanto le dije a Harry que no quería ir el me regañó diciendo que era importante para el reino, asi que iríamos a la noche.

Apenas abro la puerta veo a Harry apuntando con un dedo acusador a Sebastián mientras este titiritaba de miedo con un anotador en las manos.

–Dame eso.

Le quito el anotador de las manos.

–¿Amarillo? A el le gusta el rojo, no, quita estas galletas ya mismo, ¡El tiene alergia al coco! ¡Sebastián!

Me quedé a observar, estaba divertido.

–L-lo lamentó, Rey Harry. No me lastime.

Tuve que acallar mi risa.

Le seguían teniendo miedo.

–¿Que? Sebastian, no lastimo a nadie, eso pasó hace como un año y fue porque me secuestraron.

Mi omega bufa con cansancio.

–Arregla lo que te dije, en un momento iré a la cocina y como no hallan quitado las aceitunas negras me oirán.

Sebastián se va tan rapido que ni siquiera me ve ahí. Harry hace lo mismo, pasando por enfrente mío metido tanto en algo que tachaba en la libreta que no me vio.

Yo lo tome por las caderas y lo metí a mi habitación.

–¡Louis!

Comencé a besarlo por toda la cara porque hoy se veía hermoso con esa camisa roja y esos o talones blancos.

–¿Que planeas, omega?

–Hoy es tu cumpleaños.

–¿Lo es?

–Si, vas a festejarlo como deberías. Déjamelo a mi.

El comenzó a desabrochar su camisa y a mi me brillaron los ojos.

El se sonrojo cuando quedó semi desnudo, ahora quitando sus pantalones, llevaba ropa interior diferente a la de siempre, esta vez llevaba una tela que dejaba a la vista sus muslos enteros y parte de su culo.

Lo mire asombrado.

–Que...

–Leí que esto es lo que se usa en Francia ahora, se llama la tela de los amantes.

–Ahora se va a llamar la tela que quedará en el suelo.

Bromeé.

Y con eso lo levanto del suelo para llevarlo a la cama. Masajeo toda su preciosa piel con quizá demasiado deseo, rozando lo prohibido, Harry se dejó hacer completamente a mi merced, Justo yo amaba, el siempre era el que terminaba mandando en todo, pero era el más sumiso cuando estaba apunto de recibir mi nudo.

–Ya no eres tan intimidante, ¿eh?

–No empieces.

–Siempre tan necesitado por mi nudo, apuesto a que quieres dos.

El tiro de me cuello hasta que quede completamente sobre el, ahí me besó mientras comenzaba a desnudarme pero yo tenía otros planes.

–Hoy es mi cumpleaños, así que será diferente.