24

346 38 3
                                    



–Ah...

Salgo lentamente del interior de mi omega después de la cuarta ronda de sexo en el día. Creo que estábamos en celó, no podía saberlo porque Harry me tenia ardiente desde que desperté.

Bueno... no Harry.

Más bien Gesell, el Omega de Harry.

Tampoco es que sabía mucho más, mi alfa también había tomado el control apenas Gesell reclamó atención esta mañana.

–Atenas, vamos a hablar.

Atenas era el nombre de mi alfa.

–Háblame, amor.

–Ya es momento de que me des tu marca.

Me quedé quieto.

Si bien lo estaba cortejando hace meses, y estaba casi seguro de que estábamos en celó estábamos tranquilos ahora.

Debíamos hablar coherentemente.

–Tu la quieres y yo te la daría, pero deben hablarlo Louis y Harry.

–¿Que mas da? Los amamos a los dos.

Mis ojos cambiaron de color rojo al azul apenas escucharon eso, tomé el control enseguida, pero el dorado en los ojos de Gesell seguía.

–Es de mala educación escuchar conversaciones.

–¿Harry me ama?

–Ehh..

Sus ojos cambiaron a verde solo pro un segundo.

–No voy a hablar.

–Acabo de ver que tus ojos cambiaron, déjame hablar con Harry.

Rueda los ojos sin paciencia, en ve de hacerme caso comienza a vestirse, eso me hizo desesperar.

–¿Que haces?

–Me pongo ropa.

–No, quítatela.

–Louis, si voy a hablar de esto lo quiero hacer vestido.

En el momento que hablo así supe que tenía a Harry devuelta, en efecto cuando se volteo me miro fijamente con sus ojos verdes. Yo me puse más que ansioso, el me amaba, su omega me lo había confesado.

–¿Me amas?

–¿Y que si lo hago? Pasa el tiempo y tu ni rastro de querer marcarme dejas.

–Te quiero marcar desde que comencé a cortejarte o antes de eso.

Nos quedamos serios, entendía que Harry siempre que se ponía emocional decía las cosas en tono de discusión porque se sentía débil frente a mi.

–Louis-

–Tu me amas, y eso es maravilloso porque yo también te amo.

El parpadea sentándose.

–...Lo se, tú eres más obvio que yo.

–En efecto lo soy, mientras tuve que esperar-

–Un año más o menos.

–¿Un año?

El asintió.

–¿Por que no me lo dijiste?

El bufo terminando con el contacto visual. Era algo que hacía cada que estaba por decir algo que podría avergonzarlo. No entendía como podía sentir vergüenza luego de todo lo que hemos pasado.

–No quería enamorarme de ti.

–¿Por que?

–Porque me siento débil contigo, siento que podría tomar una siesta en medio de una guerra mundial y si estuviera en tus brazos no tendría que preocuparme... Es raro sentir así de mucho.

Pincel rojo [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora