Akiko, una joven ninja retirada después de la cuarta guerra se encuentra con Gaara el cuarto kasekage, un pequeño tropiezo da inicio a la relación más complicada que puedan tener.
La historia va a contener lemmon 🍋🍋 y es para mayores de 18, así qu...
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Me recosté lentamente sobre la cama dejando su mano en mi muslo y su sonrojado rostro lo delataba, me miró de arriba a abajo y volvió a tragar en seco.
- estas ebria akiko, descansa.
- si te vas necesito que me hagas un favor- me levante de la cama y fuí hasta el closed- necesito que desabroches la tela de mi cintura, esta muy ajustada- me queje.
Se acercó y sentí sus mano en mi espalda, se movían lento y con desconfianza, entonces después de un par de tirones sentí que se aflojó la tela y cayó al suelo.
- listo...
- gaara...- llamé cuando lo sentí en la puerta- no te vallas...- volteé y sostenía el vestido para que no se abriera.
- debes dormir...- dijo evitandome la mirada.
Di un par de pasos y cuando iba a caer me sostuvo de la cintura- gaara..~ pase mis manos por detrás de su cuello y acerque su rostro al mío- lord kazekage... - entrecerre los ojos y empecé a acariciar su nariz con la mía rozando nuestros labios, podía sentir su aliento chocando contra el mío- Gaara...- dije y uní mis labios con los suyos, podía sentir un sabor dulce de sus labios, los movía y le mordí el labio inferior haciéndolo abrir la boca, colé mi lengua y la suya empezó a hacer lo mismo en mi boca, me levanto y rodee su cintura con mis piernas, se acercó a la pared y me pego de ella con fuerza- aahg. ..~ gemi sobre sus labios, bajé una pierna y el me sostenía del muslo de la otra, lo acariciaba de arriba a abajo mientras nos besabamos, se sentía delicioso...
Pequeñas ráfagas de placer viajaban por mi cuerpo y me hacían estremecer, deje sus labios y baje a su cuello, desabroche dos o tres botones de su camisa y deje la piel libre para mis labios, un par de besos suaves y después pase mi lengua haciéndolo estremecer, pero lo más apasionante fue cuando abrí la boca y lo mordí- ¡AAHG!-se quejó y me alejó un poco, esa marca roja se veía perfecta en su blanca piel...- no hagas eso akiko.
- te gustó...- dije con una pícara sonrisa.
Me tomó de nuevo de los muslos con el entrecejo fruncido y me llevo a la cama, me tiró con rabia sobre el colchón haciendo que mi vestido se abriera dejando la mitad de mis senos expuestos y un trozo que apenas cubría mi centro.
- mañana hablaremos de esto- dijo abotonando su camisa.
Lo vi salir de la habitación con rapidez, el bulto que llevaba en los pantalones no podía ser visto por nadie.
Me puse de pié unos momentos después y fui hasta la puerta, no se escuchaba a nadie fuera así que volví a la cama y me tiré en ella, esta había sido una noche agradable.
La mañana siguiente llegó y me despertó con golpes en la puerta- akiko chan, ya nos vamos- decían del otro lado, me levante rápido.
