34🍂 soñando con el kazekage

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Cuando kankuro se fue decidí que no quería ir a dormir aún, fui directo a la cocina y tomé del gabetero la última botella de sake que mantenia escondida y despues me dirigí a la habitación a revisar que el pequeño estuviera bien,luego  tome una manta de la cama y salí a la azotea,quizá era el alcohol o podría ser por el brillo de la luna pero el ambiente se me hacía cada vez más mágico, mi mente comenzaba a divagar sobre el futuro  y el frío estaba recorriendome la piel así que tomé la manta y me cubrí mientras me recostada de una pared, no deseaba irme aún a la cama.

- gaara...- suspiré,  la luna llena me recordaba a él por alguna razón,  sonreí mientras sentía que mis párpados se cerraban y me sentía feliz...

*con gaara

Frente a aquella casa, a mitad de la fría noche apareció en una ráfaga de viento el pelirrojo que gobernaba la aldea, luego de su conversación con kankuro estaba seguro de que ella se encontraba aquí, pero... ¿acaso estaba listo para verla? Era lo que su corazón anhelaba pero su orgullo lo estábamos torturando, ¿cual había sido la razón de que su hermano la dejara volver? No estaba seguro, pero debía averiguarlo.

Pego su mano a la casa y sintió un cuerpo en la azotea, sin dudarlo uso la arena para subir y ahí bajo la luz de la luna estaba ella, siendo iluminada de manera majestuosa, su piel brillaba y sus cabellos negros como la noche retozaban sobre sus hombros casi desnudos, sus blancas mejillas tenían un ligero rubor que la hacía ver tan... hermosa.

Se acercó de manera sigilosa hasta quedar a su altura, parecía dormir plácidamente, subió la mano hasta su rostro pero un segundo antes de tocar su piel paró,  había una lucha dentro de él,  no podría perdonarla ahora, no después de todo lo que había hecho pero...

Se acercó de manera sigilosa hasta quedar a su altura, parecía dormir plácidamente, subió la mano hasta su rostro pero un segundo antes de tocar su piel paró,  había una lucha dentro de él,  no podría perdonarla ahora, no después de todo lo que ha...

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La pelinegra se removió un poco y él cayó sentado frente a ella justo antes de que abriera los ojos, aquellos ojos negros tan profundos que le hicieron saber que había perdido.

-¿gaara..?- preguntó casi en un susurro,  sus ojos entreabiertos no cambiaron mientras que los del pelirrojo se abrían cada vez más, se deshizo de la manta e inclinó su cuerpo hacia delante hasta quedar casi sobre él- ¿estoy soñando?- preguntó.

Él la miró a detalle, su calido aliento tenía el olor del sake, las mejillas aún coloradas y su pelo suelto cayó hacia un lado, había una media sonrisa dibujada sobre sus labios casi como para hacerlo sonreir igual a él, bajo un poco mas la vista y notó  que aquel vestido para dormir era tan suelto que en aquella posición casi podía verla totalmente, pero sus ojos se fijaron en algo inusual, aquella gargantilla que estaba en su cuello, acercó la mano y la sacó de un tirón.

La pelinegra se tocó la garganta con curiosidad cuando sintió que su cuerpo se sentía ligero y después miro el objeto en la mano del pelirrojo- debo tenerla puesta siempre o podrías encontrarme- susurró y luego se hecho a reír.

Gaara la miró serio y metió la gargantilla en su bolsillo- no quiero que vuelvas a usarla.

Ella se sentó de nuevo sobre sus piernas con un puchero- kankuro me va a regañar...

El pelirrojo se acercó y pasó un mechón de cabello tras su oreja para despejarle el rostro, quería mirarla bien, quería verla siempre...- ahora yo me haré cargo.

Ella lo miró fijamente antes de hablar- te extraño tanto...- le rodeó con sus brazos el cuello y se pegó a él en un abrazo- no quiero que te vayas...

El pelirrojo se quedó en silencio mientras la rodeaba lentamente por la cintura para apretarla más contra su cuerpo hasta que escuchó de su boca un delicioso suspiro- aki...- llamó.

Ella se alejó un poco, solo lo necesario para quedar frente a frente,  sentía calor en el cuerpo y su aliento chocaba ahora con el de él,  lo miró y después a sus labios y antes de que alguno de los dos pudiese decir nada los unió en un suave beso que la hizo estremecer, este sería un sueño placentero para ella mientras se volvía una tortura fascinante para él.

El pelirrojo la inclinó hasta el suelo haciéndola quedar debajo de él, su boca tenía un toque dulce y amargo, como lo era ese momento, ahora la tenía a su merced dispuesta a ser solo suya, la tomó de las muñecas y le colocó las manos sobre la cabeza mientras que bajaba a succionar la piel de su cuello, de la boca de la pelinegra se escapaban pequeños gemidos y él podría apostar que estaba lista para recibirlo en ese momento, colocó las piernas entre las de ella haciéndola abrirlas y después la soltó para recorrer su cuerpo, paseó las manos por sus brazos y bajó hasta sus pechos, podía sentirlos sobre la tela, a sus pezones, llevó su rostro allí,  quería sentirlos y pasó la lengua sobre aquella seda empapándola , ella parecía ebria de placer con ese solo toque, sintió como su pecho subía y bajaba y comenzó a mover su cadera para acercarla a la de él,  fue bajando su mano derecha lentamente hasta llegar a la rodilla para después tomar con fuerza su muslo y hundirle el erecto bulto que tenía contra su centro, podía sentir el calor de su cuerpo ahumentar y ella lo tomó del rostro para volver a besarlo, sus lenguas empezaron a danzar en la boca del otro incitandolos a seguir hasta el extasis.

En un arrebató tortuoso del destino el pelirrojo entró en cordura, separó sus labios y puso las manos a cada lado de ella con Los puños cerrados, le dolía algo en el centro del pecho, o quizá en Su estómago, una amarga sensación se le instaló en el cuerpo y entonces la vió,  ella estaba allí tirada con los ojos entrecerrados y la respiracion agitada, solo kami sabía cuánto la deseaba, cuánto deseaba hacerla suya, marcar su cuerpo una y otra vez hasta quitar cualquier rastro que tuviese de algún otro hombre pero él no era así,  no ahora, lo había hecho si, había abusado de alguna forma de ella y aquello lo hundió, no iba a volver a suceder, volvió a inclinarse sobre ella y la besó,  era un beso apasionado, posesivo, un beso con el que quería hacerla sentir el placer que no le daría,  apretó sus pechos y metió la lengua en su boca, recorriendo la cavidad con fuerza y de pronto se Alejó, dejándola extasiada y deseosa, la cargó en sus brazos cuando se puso de pié y entró a la casa para llevarla a la habitación.

La dejó sobre la cama con cuidado, acarició su rostro y con una sensación de derrota salió de allí, la puerta de la otra habitación estaba entre abierta, solo lo suficiente como para pasar una mano, ¿debía acaso entrar? ¿Tenía derecho a entrar y ver al hijo de otro hombre?, la sangre le hirvió y frunció el ceño mientras empujaba con suavidad la madera...

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Waaaaaaaaa!!!! OMG!! Lo va a ver, lo va a veeeer!!!

Estoy impaciente por escribir el siguiente capítulo,  nos leemos allí  🤞🏻

gaara (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora