Akiko, una joven ninja retirada después de la cuarta guerra se encuentra con Gaara el cuarto kasekage, un pequeño tropiezo da inicio a la relación más complicada que puedan tener.
La historia va a contener lemmon 🍋🍋 y es para mayores de 18, así qu...
- no puedo creer que ya haya pasado tanto tiempo ¡un año! Eso es demasiado- podía escuchar todo lo que ino decía desde el otro lado de la tienda.
- aún me acuerdo cuando lo ví por primera vez, era tan pequeñito- le siguió la haruno - ¡y ahora ya sabe caminar!
Con esa última frase sentí un tirón a mi pantalón y miré hacia abajo, di una gran sonrisa y tomé al bebé en brazos- el tiempo pasa muy rápido...
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-por cierto, ¿ vas a hacerle algo hoy?- preguntó la rubia mientras cortaba los tallos de unos lirios.
- solo un pequeño pastel, pueden venir si quieren- dije con una sonrisa, había recibido una llamada de kankuro días antes para avisarme que vendría pero no quería ser descortés con las chicas.
-si buscas uno bueno en la tienda de la esquina venden uno de fresas ¡exquisito!- en los ojos de la pelirrosa casi se dibujaban estrellas junto a esa frase.
- ¡por eso estas como estás frentesota!- regañó ino mientras la apuntaba con un pocky.
- tú no puedes decir nada ino puerca- su riña era cotidiana así que ya estaba acostumbrada.
- bueno, bueno... si no tienen nada que hacer, las espero hoy- dije colocando una canasta entre ellas.
- bueno...- dijo ino mirando hacia el techo- temari nos invitó a pasar el a rato así que...
- lo lamento aki- se disculpó sakura.
- oh! Esta bien- moví la mano frente a mí para restarle importancia mientras tomaba mis cosas para irme- nos veremos mañana entonces chicas- me despedí y salí de la tienda hacia la pastelería, mientras caminaba por la aldea con la mochila, Taiyō y la caja del pastel alguien apareció a mi lado y me arrebató ambos bultos -¿ah?
- no deberías llevar tantas cosas linda.
Con solo escuchar su voz pude reconocerlo- muchas gracias kiba, pero aunque me vea débil- levanté el brazo flexionandolo para enmarcar los musculos- soy muy fuerte.
Ambos soltamos una pequeña risita.
- ¡akamaru!- llamó y el enorme perro se paró a mi lado, yo le acaricié la cabeza y kiba me hizo un gesto que no entendía- puedes dejarle al niño, akamaru es un excelente niñero.
Al ver la insistencia del bebé al tirarse hacia él accedí, lo puse encima y lo ví aferrarse muy bien mientras notaba una pequeña capa de arena que le rodeaba la cintura- eres muy amable- dije.
En realidad no era la primera vez que el moreno me acompañaba, mi departamento quedaba de camino a su casa así que me lo había topado un par de veces antes, además, había ido en distintas ocasiones a la florería sin motivo específico y tenía a la yamanaka sobre mí por ese asunto, decía que él parecía más interesado en mí que en sus flores, yo solo la ignoraba, no era algo que me interesará por el momento.
