Akiko, una joven ninja retirada después de la cuarta guerra se encuentra con Gaara el cuarto kasekage, un pequeño tropiezo da inicio a la relación más complicada que puedan tener.
La historia va a contener lemmon 🍋🍋 y es para mayores de 18, así qu...
Aquí estoy, parada de nuevo frente a este edificio pero esta vez de invitada, avisé a los guardias de la entrada que me esperaban y no dudaron en dejarme pasar, escogí cuidadosa las mejores prendas que guardaba, las únicas sin ningún desperfecto al menos.
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- ya basta kankuro, ¡eres un idiota!- regañaba una rubia que venía caminando hacia mí colgando al castaño de la oreja- ¿como se te ocurre tomar tanto?
- ya temari... soy mayor, déjame en paz...- se quejaba,cuando se percató de mi presencia me quedo mirando de arriba a abajo y se enderezo por un momento- ¿baile privado...?- me susurro cuando pasó a mi lado...
Apreté los puños y me di la vuelta lanzandole una patada directa al estómago- y te va bien tarado...- dije y seguí caminando.
- ¡oye niña! ¿como te atreves?- me decía la rubia que lo revisaba mientras yo seguí mi camino.
Llegué a la puerta de la oficina y después de agarrar aire por un momento entré.
- a las 8...- notó que la puerta se abrió y volteo a verme por sobre los papeles que leía- eso es todo, por favor, retírese- le ordenó al hombre que lo acompañaba.
- buenos días lord kasekage...
- llegas tarde
- perdón, es que me levante tarde...- dije sacando mi lengua y rascandome la parte de atrás de la cabeza.
- pedí tus antecedentes...- sacó una hoja de en medio de un montón.
Me tensé por un momento, no había hecho nada malo pero esa frase sonó fuerte.
- ¿ah si? ¿hay algo malo?- me senté y apreté mis rodillas con las manos sudadas, esto era como volver a la academia y esperar los castigos por no practicar o hacer las tareas.
- estas viviendo en una casa que no es tuya... no hay registro de algún trabajo fijo... no hay padres ni familiares... te sacaron de la fila de los shinobis...
- hubieras avisado que tu intención era humillarme...- susurré con molestia, no sabia como tenían todo al día y no entendía el punto de esta reunión.
- no es eso, solo estoy leyendo las no...
- ¡¿Donde esta esa descarada?!- entró gritando la rubia que estaba en el pasillo y en cuanto me vió se iba a lanzar sobre mí- ¡ahí estas!
Me levanté de un salgo y corrí atrás de la silla del pelirojo- ay no...
- ¡aléjate de mi hermano!
- ya basta temari- decía el castaño tratando de retenerla.
- ¿que pasa?- pregunto por fin el pelirojo.
- ¡que no quiero a esta descarada cerca de ti!- gritó señalandome.
- páralo ahí linda- dije levantándome- ¡a mi no me digas asi!
