26🍂 Añoranzas

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Unas cuantas semanas después de aquel encuentro recibí una llamada desde el hospital.

-¿ahora?- pregunté con el pulso acelerado.

- así es, por favor ven rápido.

- esta bien- y colgué.

Recogí todo lo que necesitaba antes de salir, acomodé a Taiyō en el coche y tome la pequeña caja envuelta que tenía guardada debajo de la cama, sentía que no podía esperar más,  mis sentidos estaban muy alerta y en cuanto crucé las piertas del hospital mi corazón se aceleró aún más,  pregunté por la habitación en la recepción y me apresuré a llegar, me detuve unos segundos frente a ella para calmarme y luego toqué.

"Toc toc"

- adelante- contestó desde el interior aquella dulce voz.

Al abrir la puerta quedé deslumbra con todas las personas que estaban allí, en especial, con la pareja que se encontraba en el centro de la habitación.

- buenas tardes- me incliné y entré.

- ya era hora aki, ¿porqué tardaste tanto?- preguntó mi eterna compañera de trabajo, la habitación estaba llena de flores que nos habían encargado el día anterior y sentí un poco de orgullo por eso.

- no molestes ino, ella debe venir con el coche y el bebé- explicó sakura con unas cuantas hojas en las manos.

Pero su conversación no me importaba, en cambio yo dibujé una gran sonrisa y tomé la caja envuelta de la mochila, cargué a mi propio bebé y me acerqué a la pareja.

- este es un presente para el pequeño- dije inclinandome frente a hinata y naruto que cargaban a su recién nacido hijo, podía ver en sus rostros que no cabían de alegría.

- muchas gracias aki-chan no tenías que molestarte- dijo el rubio rascando su nuca.

- no es molestia. Es lo menos que podía hacer después de lo que han hecho por mí.

- es un lindo detalle- siguió hinata.

Yo asentí-¿ podría... verlo?- no me atrevía a pedir cargarlo, después de todo, yo seguiría siendo una extraña que había llegado a sus vidas hace poco pero deseaba ver aquel fruto del amor que tanto se tenían el rubio y la princesa.

Hinata apartó la manta y pude ver aquel color tan resaltante, un rubio como el sol y con los cachetes rayados como su padre- su nombre es boruto- dijo mientras acariciaba el contorno de su suave rostro.

Mi sonrisa se extendió y podía sentir mis ojos brillar, era un bebé hermoso y se veía tan pacífico- es el bebé más lin... ¡ah!- grité al sentir como mi cabello era jalado hacia abajo y al ver al causante este solo comenzó a llorar causando una ola de risas entre los presentes.

- parece que alguien está celoso- dijo ino tomándolo en brazos- no te preocupes solecito, seguiremos consintiendote- y lo levantó en el aire haciéndolo reír.

- lo lamento- me disculpé con la princesa e hice una reverencia.

- esta bien, boruto seguramente se comportará igual algún día- su voz tan suave siempre ayudaba a calmar los ánimos así que solo sonreí y me hice hacia atrás, todos estaban felices por el recién llegado y nunca había visto a la pareja más alegre, naruto hablaba de todas las cosas que su hijo haría de grande y aunque hinata trataba de calmarlo le decían que lo dejara ser que era un papá orgulloso debo admitir que sentí un poco de envidia cuando miré al pequeño en mis brazos que dormía,  él había sido privado de este ambiente tan familiar y aunque todos se encargaban de hacerme sentir cómoda e incluída sabía que algo faltaba, me disculpé con el grupo y les informé que me iría, pero junto a mí todos decidieron salir y dejarlos descansar.

Algunos se fueron en grupo y el resto por su lado, yo me dirigí a uno de los parques que habían cerca, me senté bajo un árbol y extendí una manta para colocar a Taiyō, mientras él jugaba con sus manos y se distraía mirando las hojas sobre nosotros yo por primera vez comencé a fijarme en nuestro alrededor, habían parejas en todos lados jugando con sus hijos o trayendo a sus hijos a jugar con los de otros, quizá era yo pero todos se veían tan felices que me hizo sentir un pequeño vacío en el estómago, el ambiente en konoha era tan distinto al que había vivido yo cuando niña, recogí las miernas y escondí mi cabeza entre ella para evitar seguir pensando.

- ¿te arrepientes?- se escuchó tras de mí.

Yo tomé aire y me enderecé- ¿qué haces aquí?

- acabo de salir del hospital.

- tsc... ¿esperaste a que todos se fueran para...- mi cabeza hizo clic y comprendí la razón- lo siento, supongo que eso ha sido mi culpa.

Él salió de atrás del árbol y se sentó a mí lado- ella dijo que deberíamos tener un bebé también,  qué fastidio...

- te apuesto a que todos lo harán,  es contagioso- me burlé.

El me miró de reojo- no contestaste mi pregunta.

Yo volví a dar un vistazo a mi alrededor y después hacia él bebé- no.

-¿solo eso?- cuestionó encendiendo un cigarrillo.

Yo lo tomé y lo aplaste contra la tierra - la vida en suna nunca ha sido fácil,  las condiciones de vida de por sí sola ya son extremas por el sol y la falta de recursos, pero todo se agravó cuando después del golpe a konoha y cuando empezábamos a recuperarnos llegó la cuarta guerra... - mi vista se quedó en una línea de hormigas que pasaba delante de mí mientrasrecordaba los acontecimientos- muchos murieron y los que regresamos a casa nos encontramos con una aldea que no tenía lo suficiente para todos, ¿haz visto lo felices que son en konoha?- pregunté volteando a verlo.

- no le presto mucha atención.

- yo sí,  cuando vives con escasez de algo lo notas muy rápido,  quiero que la vida en suna sea igual que aquí,  y si debo sacrificar...- me quedé en silencio y miré hacia él bebé- si debemos sacrificar algo como una familia entonces valdrá la pena.

- las cosas están avanzando rápido allá.

- eso es lo que deseo, no quisiera arrebatarle más momentos así a gaara- dije mientras veía a un padre colocar a su hijo en sus hombros antes de irse.

Shikamaru se quedó en silencio un rato junto a mí mientras el sol caía.

- creo que se hace tarde, si no regreso a casa me meteré en problemas.- comentó rascándose la nuca.

Yo solté una pequeña risita- te lo advertí,  esa chica es dura como una piedra.

- si...- en su rostro se dibujó una media sonrisa y a mi un escalofrío me recorrió la espalda.

Mientras caminábamos y llegábamos al punto en el que debíamos separarnos noté que su casa era la más alejada del grupo de amigos así que debía preguntar- shikamaru... ¿ hay alguna razón para que ahora vivas en el área oeste de la aldea?

Él me miró con la ceja levantada y su cara de poker- esta más cerca del bosque nara, me ayuda a no caminar tanto- Yo asentí levemente y agache la mirada pensando que la verdadera razón era mantener a temari lejos de mí, hasta que sentí su mano en mi hombro- oye niña, encárgate de cuidar muy bien al hijo del kazekage- me guiñó el ojo y se fue sin dejarme decir más nada.

Al llegar a casa y verme sola en aquella habitación junto a mi pequeño me dí cuenta que no estaba sola, el lugar estaba lleno de muebles que kankuro había enviado desde suna y en la repisa sobre la cuna de gaara estaban los primeros muñecos que había enviado, también habían cosas que nos habían regalado nuestros amigos, ropa, juguetes y fotos que nos habíamos tomado juntos estaban sobre el gavetero, no estaba sola.

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Hasta aquí el capítulo, espero les esté gustando la historia

No olviden su estrellita.

gaara (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora