32🍂falso

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El kazekage no podía sacarse de la cabeza aquella extraña sensación, quería ir a aquel barrio y volver a entrar en esa casa, se sentaba cada atardecer en la azotea de la torre a contemplar aquel lugar anhelando algo que su mente sabía que era imposible pero su fantasía era que al abrir la puerta ella estuviese allí con aquel traje de bailarina que tenía cuando la conoció, esperándolo...

- gaara, ha llegado un mensaje- dijo kankuro interrumpiéndolo.

el pelirrojo se levantó y volteó a verlo- ¿pasa algo?

- el daymio solicita tu presencia- la sonrisa en su rostro daba inicio a lo que habían esperado tanto tiempo.

Asintió y fueron directo a la oficina, una rubia de ojos azules y extravagante figura los esperaba sentada en el sofá, gaara la miró y frunció el ceño, odiaba que la gente se sentara allí y odiaba que ella se sentara allí interrumpiendo sus recuerdos de aquella pelinegra que dormía en ese lugar.

- mi padre quiere que nos reunamos con él- dijo acercandose y parándose frente al escritorio mientras él se sentaba.

- ¿ha ocurrido algo?

Su tono era tan frío como las noches en el desierto, aquellas que llegaban de golpe a robar el calor del cuerpo, cuando lo vió por primera vez creyó encontrar la carnada perfecta para su plan, pero no esperaba que aquel a quien ella consideraba un niño desamparado tuviese un carácter tan chocante con ella haciendo que sus planes se retrasaran tanto- no lo sé, solo envío esto- dejó un mapa con coordenadas marcadas en medio del escritorio- tenemos que estar allí mañana en la noche, si mi padre nos llama debe ser algo urgente- terminó.

El pelirrojo inspeccionó el papel, la ubicación era remota, en un lugar montañoso y difícil de acceder, sabía que significaba asi que se enderezó y le dió una mirada al castaño que estaba tras su esposa, este asintió y salió de la habitación- saldremos por la mañana, deberíamos estar llegando al anochecer.

- esta bien- se dió la vuelta y con una media sonrisa salió de la oficina, pensando en que era el momento perfecto.

Kankuro entró un par de horas después con el rostro serio.

-¿preparaste todo?- pregunto gaara.

El castaño le dió una enorme sonrisa- esta todo listo hermano.

Kankuro se había encargado de todo, se comunicó con la hoja y había enviado un mensaje directo al daymio diciendo que debía reunirse con ellos con carácter de urgencia, solo que la ubicación sería la misma que había en el mapa que su hija había mostrado, los hermanos sabaku no habían mantenido las comunicaciones vigiladas y no había llegado ningún mensaje desde el palacio así que finalmente la hija del mandatario había hecho su jugada y ellos la iban a exponer delante de su padre, hacía días sabían de la carta falsa que la rubia tenia en sus manos y ya tenían la estrategia perfecta para desenmascararla.

Gaara suspiró- ya casi acaba...- miró al cielo por la ventana sintiendo un poco de alivio.

El castaño por su parte se sentía nostálgico, pronto acabaría el tormento por el que estaban pasando- debo retirarme, hay cosas que debo pulir antes de salir- gaara asintió y salió.

A la mañana iguiente partieron sin ningún problema, solo iban ellos tres, gaara había alegado que él y su hermano serían suficiente protección para la rubia y ella había aceptado diciendo que sería un viaje que pasaría desapercibido.

Aquel área rocosa estaba alejada de la aldea en la frontera con konoha, el sol comenzó a ponerse y la rubia parecía cada vez más ansiosa por llegar, una vez en el centro de todo aquel duro desierto shijima se giró a verlos con una enorme sonrisa.

gaara (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora