¡¡Holaaaa volví!! Siento haber tardado tanto en actualizar, han sido unos meses caóticos para mí, de mucho trabajo pero también muy bonitos. No puedo decir más, pero lo dejo en que es muy bueno y ya lo sabréis a su momento. Por ahora, disfrutad del capítulo, os cuento que ya estoy trabajando en el siguiente a ver si puedo terminar la historia pronto (mandadme fuerzas) <3
ANGELO
Esa mocosa malcriada va a matarme de un disgusto un día de estos.
¿Es mucho pedir que me obedezca y se quede quieta aunque sea por una sola vez? Solo la estoy protegiendo, pero ella no hace más que ponerme las cosas más difíciles y lo que ha hecho hoy ha sido el colmo.
Si no llega a ser porque tenía que irme, nadie me habría impedido subirla a rastras a esa habitación para azotar su rosado culo hasta que entrara en razón.
Por desgracia, tengo trabajo que hacer.
He citado a Ciro en el mirador de la isla y me lo encuentro al pie del promontorio que proporciona una vista privilegiada del mar embravecido.
El maldito loco está demasiado cerca del borde.
Me cuesta un mundo controlar las ganas de empujarlo al precipicio y solo me contengo por las consecuencias que me acarrearía después.
Soy impulsivo, pero también sé dónde están los límites.
Ciro no tarda en percatarse de mi presencia, como el zorro astuto que es. Me dan ganas de estrangularlo al ver la sonrisa jocosa que me dedica.
— Vaya, qué puntual. Espero que mi visita de anoche no te haya causado problemas conyugales, Angelo.
— Al grano, Giambardella. Di lo que hayas venido a decir antes de que pierda la poca paciencia que me queda — ladro, echándole una mirada asesina.
— La paciencia es una virtud... —chasquea la lengua a modo de reprimenda y suspira, con falsa resignación. Lo hace solo por tocarme los huevos, estoy seguro —, pero está bien. Sé quién está detrás de los anónimos que has recibido y digamos que poseo cierta información acerca de sus siguientes movimientos que te pueden interesar.
— ¿Cómo la has conseguido? —inquiero, casi sin dejarlo terminar.
Enarca las cejas, ensanchando todavía más esa sonrisa torcida que, junto con las cicatrices, lo hace parecer todavía más demente.
— Tengo una fuente bastante jugosa — se limita a decir. Pero es suficiente para que yo ate cabos.
— Schiellini —adivino y él asiente, complacido.
— Exacto. Costó un poco persuadirlo, pero ya conoces nuestros métodos...cantó como un ruiseñor.
Conozco sus métodos, sí. Y si no odiara a ese desgraciado con todas mis fuerzas, casi sentiría pena por él. Casi.
— ¿Y qué quieres a cambio de darme el nombre? —aventuro, sabiendo por dónde van los tiros.
— Ya nos vamos entendiendo, ¿ves como no era tan difícil? —El muy bastardo se permite el lujo de ser irónico. Aprieto los puños a mis costados. —Verás, a diferencia de ti soy un hombre paciente. Esperé doce años para vengar a los asesinos de mi familia, los hombres que nos torturaron a mi hermano y a mí, también esperé pacientemente a que ese ¿cómo lo llamaban? Ah, sí, "asesino del carnaval" —hace comillas con los dedos teatralmente y se ríe —, quitara de en medio a Emilio Santorini y a su fiel Baldassare. Por desgracia, no contaba con que la pequeña Alessandra fuera tan capaz, pero bueno es una rival digna de mi respeto —reconoce.
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Peligrosa alianza (+21) #1 Camorra italiana
RomanceA sus veintitrés años, lo último que Bianca Messina tiene en mente es casarse. Siempre imaginó el día de su boda como el más feliz de su vida, un sueño hecho realidad. Sin embargo, la realidad no perdona y las circunstancias la obligarán a tomar u...