🐍CAPÍTULO 1🐍

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NOTA: Aviso que en esta historia se presentan personajes que pertenecen a mi saga de mafia italiana, mientras que en la Duología Máscaras venecianas nos centramos en la Cosa Nostra, aquí nos centraremos en la Camorra. ¿Esto quiere decir que no puedo leer esta historia si no he leído Carnaval de sangre y carnaval de cenizas, Lena?

Poder, puedes. Pero hay spoilers de la trama de esa bilogía y sus continuaciones. Además de que si no conoces a los personajes se te puede hacer un pelín confuso, pero aun así se puede leer de forma independiente sin problemas mayores. Os invito a consultar el apartado de advertencias para más información y para conocer los TW (contenido sensible a tratar) y no olvidéis dar mucho amor <3 sin más disfrutad, empieza fuerte aviso JAJAAJ

ANGELO

Otra mañana más que amanezco sentado en la silla de mi escritorio, tras una larga noche en vela.

Tengo la mala costumbre de no poder dormir cuando las cosas no salen exactamente como quiero y últimamente eso es demasiado a menudo.

Los negocios van bien. Ningún clan enemigo se ha atrevido a asomarse por mi territorio, porque sabe el destino que le espera.

Soy implacable y no me gusta que se metan con lo que es mío.

Sin embargo, hace tiempo que un cabo suelto que dejamos me ronda por la mente. Andrea y Guido Greco llevan años sin dar la cara. Saben que no les conviene, pero aun así no me confío.

Presiento que esa sabandija dará problemas. Quiere hacernos pagar por matar a la basura de su padre.

Suspiro, destensando los músculos agarrotados y respondiendo un mensaje de Alessandra, que estará visitando la ciudad con Carlos unos días y me ha propuesto quedar los tres para comer.

Le digo que sí, por supuesto. Siempre es un placer verlos, me resultan fascinantes juntos.

Mientras tecleo una respuesta rápida, apuro el tercer vaso de whisky que me ha acompañado en esta larga noche y me aflojo la corbata. Tengo que pasar por la ducha y arreglarme para los compromisos que me esperan hoy.

Y esta mañana no estoy de humor para entrenar, por la tarde si acaso. Además, mi cuerpo está perfecto así, no necesita ejercitarse más para causar sensación entre las mujeres.

Soy consciente de lo que tengo y adoro presumirlo, porque puedo.

Unos golpes en la puerta de mi despacho me hacen fruncir el ceño.

— Adelante — exclamo, organizando un poco el escritorio. La silueta fornida de Giustiozzi, mi hombre de confianza, me recibe desde el umbral con un saludo.

— Buenos días, señor. Vengo a entregarle una correspondencia que le han enviado — me informa, servicial.

Asiento, tendiendo la mano para que me la dé. Tengo curiosidad.

No le pido que se retire, de tan distraído como estoy abriéndola y él tampoco lo hace. Pero no me molesta. Es de fiar.

El sobre no tiene remite, cosa que me llama la atención, para empezar. En su interior alberga una carta escrita a ordenador, impersonal y fría, acompañada de unas fotos.

Me centro en el mensaje y a medida que voy leyendo paso de la confusión a la incredulidad y de esta a la ira más absoluta. Mi tráquea se obstruye y estrello el vaso contra la pared con una explosión que pone en alerta a Giustiozzi.

Echo chispas cuando me levanto de la silla con violencia.

— ¡Lárgate, ahora! — bramo, temblando de furia.

Peligrosa alianza (+21) #1 Camorra  italianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora