ANGELO
Ni siquiera ocho de mis mejores hombres son capaces de contenerme cuando oigo las palabras que salen de la boca de ese hijo de puta.
Ahora mismo soy una bestia y quiero sangre.
—Te voy a cortar en trocitos tan pequeños que ni siquiera podrán recogerlos, bastardo. ¡¡Mi hermana es sagrada!! ¿Cómo te has atrevido a tocarla? — Bramo, enloquecido, mientras arremeto con fiereza.
Una sonrisa cínica adorna su rostro y me dan ganas de arrancarle la piel a tiras.
—¿Qué? jode ¿verdad? Así me sentí yo cuando la puta mafia que diriges me arrebató a mi familia — escupe, con odio.
Mis ojos se agradan y mi sangre hierve cuando confirmo mis sospechas. La ha usado...a mi niña...
El grito que brota de mi garganta podría haber derrumbado este maldito lugar hasta sus cimientos. Estoy tan fuera de control que logro soltarme, derribando a varios hombres con mi fuerza bruta.
—TE VOY A ARRANCAR LA CABEZA, DESGRACIADO
Estoy a punto de alcanzarlo, pero el miserable no se inmuta por mi explosión. Mis hermanos llegan en ese preciso instante y me agarran, bloqueando mis embates.
—Soltadlo, no le tengo ningún miedo — tiene el descaro de decir. Es un cadáver viviente, eso lo juro.
Gruño, poniéndolos nerviosos a todos. Cuando pierdo el control soy sanguinario e inestable, todos me temen.
Y ahora mismo quiero desatar una puta masacre.
—Leonardo... —intenta mediar su hermano, pero este me sostiene la mirada con desafío. La ira me consume, sigo forcejeando.
—Amo a tu hermana, ¿me has oído? — Declara.
No le creo ni mierda. Intento sacar mi arma para llenarlo de plomo, pero me tienen bien sujeto. Grito con más ira todavía.
Y entonces la veo.
—¿Qué está pasando aquí? — Exclama la recién llegada, una belleza de pelo dorado hasta media espalda, cuerpo pecaminoso y ojos verdes seductores. Me quedo mirando sus labios suaves que resaltan con un pintalabios rosado. Gruño, esta vez por motivos bien distintos.
Bianca Messina.
La odio como al resto de su familia, pero solo por desearla tanto.
Sus ojos se encuentran con los míos. Hay una chispa de miedo en sus iris, pero lo que más predomina es la curiosidad. Ella siempre me ha mirado de un modo diferente y eso me tienta demasiado.
¿Qué se sentirá al follármela?
Poco a poco, he ido aplacándome sin ser consciente y Fabrizio me habla, intentando razonar conmigo.
—Cálmate, hermano. No olvides que un escándalo no nos conviene, respira y arreglemos esto como es debido.
Mi risa los pone en alerta. Está llena de furia salvaje, pero también de un instinto que se apodera de mi raciocinio y me nubla. Abrazo ese impulso. Tengo demasiada rabia dentro.
—Bianca, vuelve arriba — le ordena su hermano, pero ella no obedece.
Terca ¿eh? Me gusta.
Aprovecho que me han soltado y le pongo mi Glock en la sien a su hermano. Todos se ponen alerta de nuevo y yo disfruto, derrochando supremacía.
—La quiero a ella, a cambio de que perdone tu miserable vida por haberle puesto un dedo encima a mi hermana. Si te niegas te vuelvo la tapa de los jodidos sesos aquí mismo — siseo. Y mi tono ronco y visceral deja claro las ganas que le tengo.
ESTÁS LEYENDO
Peligrosa alianza (+21) #1 Camorra italiana
RomanceA sus veintitrés años, lo último que Bianca Messina tiene en mente es casarse. Siempre imaginó el día de su boda como el más feliz de su vida, un sueño hecho realidad. Sin embargo, la realidad no perdona y las circunstancias la obligarán a tomar u...