SHE RESCUE ME | Tom kaulitz

04| All for profit

El día de ayer fue un día terrible para ambos chicos. Enojo, decepción e impotencia, era todo lo que sentían en estos momentos. Lo peor es que no paraba ahí, los problemas seguían aumentando.

— Lo siento, pero tiene hasta las dos de la tarde para pagar... De lo contrario, a esa misma hora tendrá que sacar sus pertenencias de aquí.—Habló con firmeza, señalándolo como forma de advertencia.

— ¡Señor, por favor!—La preocupación lo mataba ante la situación.—Deme más tiempo... Juro que le pagaré, pero hasta las dos es muy poco.—finalizó sus palabras, viendo cómo aquel hombre solo negaba con la cabeza.

— Lo siento, pero ya le hemos dado bastante tiempo.—Sin decir nada más, dio la espalda, dejando al señor con la palabra en la boca, quien sólo se empeñó en voltear a ver a su esposa con preocupación.

— ¿Ahora que voy a hacer? No puedo obligar a Emily a que haga algo que no quiere, no tenemos opciones.—Suspiró, posando ambas manos en su cabeza.—Nos quedaremos en la calle.

Las voces de ambos padres se escuchaba por toda la casa mientras intentaban buscar solución, sin percatarse de que su hija se encontraba cerca y escuchó algunas cosas.

— Papá... ¿Que sucede?—La voz de la castaña a sus espaldas los hizo sobresaltar.

Al no obtener ninguna respuesta de su parte, se cruzó de brazos sin despegar la mirada de ambos, esperando alguna respuesta o explicación de porqué tanto escándalo. Intentaba ser fuerte y no pensar lo peor, pero sabía que no era bueno.

— Mi amor...— Este posó la mirada en ella, perdiéndose por un momento en sus pensamientos. Nisiquiera sabía si era buena idea decirle, pero después de todo ella tendría que saberlo.—Nos quedaremos en la calle.

La voz de aquel señor demostraba tristeza, preocupación, y eso fue suficiente para que aquella chica sintiera cómo el mundo se le venía abajo, y no por ella, si no por sus padres, porque después de todo ella nunca ha querido verlos mal pasando.

— La única forma de que se resuelva es...—Bajó la mirada hasta el piso.—Si me caso con Tom kaulitz... ¿Cierto?—Preguntó, sintiendo cómo las lágrimas estaban por salir, no quería ni escuchar su respuesta.

— S-si mi amor.—Con impotencia respondió. Intentaba ser fuerte para su hija cuando claramente esto lo destrozaba.

— Bien, lo haré padre.—Asintió con un sollozo e inmediatamente lágrimas salían de su rostro. No quería eso pero no permitiría que sus padres se queden en la calle aún teniendo la forma de evitarlo.

Ambos padres miraron con lástima a la castaña, imagínate terminar separada de tu familia por la situación económica y aún peor, terminar casada con una persona que no soportas. Horrible, ¿cierto?

— Los amo con todo mi corazón.—Al decir esto se aventó a sus padres, abrazándolos fuertemente, sintiendo un dolor inexplicable en su corazón... y es que no sólo a ella, si no a muchas chicas les ha pasado esto, pero nunca imaginó que ella tendría que ser la siguiente. Viéndose obligada a tener que encontrarse con aquel chico rebelde y egoísta que tanto odiaba. Esta vez no tenía opciones, tenía que hacerlo.

[...]

Tom

La claridad que entraba por mi ventana golpeaba mi rostro. Al despertar estaba recordando todo lo sucedido con ese señor. Pensando en cómo rayos voy a casarme con una desconocida y aún peor, sin sentir amor, sin conocerla.

— ¡Tom!—Bill tocaba la puerta al otro lado. Inmediatamente levanté la cabeza para mirar hacia donde venían los golpes.—¿Puedo entrar?

— Supongo que si, Bill.—Respondí y lo dejé pasar. ¿Había mencionado que mi hermano es mi debilidad? No sé, pero ahora ya lo saben.