18| The power of words

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Tom

Me siento una total mierda, quiero estar solo, lejos del maldito mundo, lejos de todo, me siento cansado emocional y mentalmente.

Todos opinaban de mi comportamiento. No le di importancia y ya cuando estaba cerca de la puerta que da paso a la sala de estar, me topé al ser que más odio en este mundo.

— ¡¿Que diablos haces aquí?!—Lo señalé con molestia.—¿A caso no fui claro cuando dije que no quería verte más?—Mantenía los puños apretados sin dejar de verlo. Estaba perdiendo la paciencia y lo menos que quería era perder el control. Al menos no ahora.

— Tom, hijo, ¡Escúchame por favor!—Habló con un tono suplicante, intentando tomar mis manos. Inmediatamente lo aparté.—Solo quiero saber cómo estás, me preocupa tú salud.—Agachó la mirada ante mi, cosa que me molestó, odio que se hagan la víctima, en especial él.

— ¡Maldita sea!—Bufé exageradamente, pasando mis manos por toda mi cara con ansiedad.—¿Porque no desapareces de mi vida de una vez por todas? ¿Es tan difícil? ¿O estás esperando que te mate?

— ¡Basta por favor!—La voz de Bill me hizo voltear.—¡Tom, por Dios! ¡Acabas de salir del hospital!

— ¡Bill, tú cállate!—Grité, volteando a verlo.—Más bien, porque no le dices a tu "padre " que se largue de aquí antes de que pierda el poco de paciencia que me queda.—Estaba realmente enojado. Ya no soportaba esta mierda, así que me di la vuelta para continuar mi camino.

— ¡Tom! Por favor, ¡Espera!—Los gritos de aquel señor quemaron mis oídos. Se colocó en frente de mi y la confusión me inundaba, no entendía una mierda.

En un abrir y cerrar de ojos este había caído al suelo y su pecho sangraba sin control. Cosa que me dejó en completo desespero y no sabía que hacer en el momento.

— ¡No puede ser!—Bill inmediatamente se tiró al suelo y vi cómo las lágrimas empezaban a caer de su rostro.

— ¡Maldita sea! ¡Nos están vigilando!—Grité, volteando a ver a mi personal.—¡Rápido chicos! ¡Accedan!—Los nervios y la confusión me inundaban. Rápidamente mi personal accedió. Yo también tomé un arma.

Henrrique y los demás empezaron a buscar por todo el lugar, manteniendo sus armas en las manos, pero fue en vano, aquella persona nisiquiera pudo ser identificada porque se fue del lugar.

— ¡Mierda! ¡Ah escapado Tom!—La cara de preocupación que mantenían era inexplicable, aún así, seguían vigilando que no regresara.

Emily y Hillary al ver la escena se quedaron paralizadas. Por su cara sabía que no comprendían lo que estaba pasando y de momento del rostro de ambas empezaron a salir lágrimas e intentaron acercarse a Bill.

— ¡Diablos!—Inmediatamente vi esto me preocupé, el que estén expuestas de esa manera era bastante peligroso.—¡Lleven a las chicas dentro de casa, rápido!—Ordené y estos accedieron. Casi a las fuerzas lograron retirarlas del lugar.

Terminé poniéndome de rodillas junto a Bill, observando cómo aquel señor moría lentamente.

— ¡Tom, haz algo por favor!—Los llantos de Bill se escuchaban por todo el lugar mientras intentaba bloquear la herida. No saben lo mucho que me duele verlo así, por lo que terminé llamando al jodido doctor.

— T-Tom, Bill, mis niños.—Habló con dificultad, posando la mirada en ambos. Me vi obligado a prestarle atención.—S-sabía que esto iba a pasar en cualquier momento y lo merezco...Tom, perdóname por haber hecho tu vida u-una mierda.—Suspiró, posando ambas manos en su pecho.

SHE RESCUE ME | Tom kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora