SHE RESCUE ME | Tom kaulitz

20| The price of mistakes

Tom

Habían pasado un par de días después de que nos habíamos ido al hotel. Bill y yo estamos preparados para al amanecer irnos del país.

Todo ha sido un completo desastre.
Bill en este transcurso estaba muy mal, casi no comía y se la pasaba llorando.

Una parte de mí se siente vacía y a la vez, la preocupación me mata al ver a mi hermano en tan mal estado, no me gusta verlo así pero no hay vuelta atrás.

— ¡Tom, tienes que ver esto!—Los gritos de Henrrique me sacaron de mi trance al entrar alterado por la puerta.

— ¡¿Que mierda te pasa imbecil?!—Me paré de repente de la silla, clavándole la mirada.—¡Casi me matas grandísimo animal!

— Tom, es que...—Noté nervios y a la vez desespero en su voz.—Han encontrado donde viven las chicas. ¡Tienes que ver esto!

Eso fue suficiente para que los pelos se me pongan de punta. Henrrique empezó a mostrarme las fotos que le habían mandado de las chicas dentro del departamento, también mientras salían de el.

Mi corazón empezó a latir rápido y tenía deseos de golpear todo a mi maldito paso para descargar la ira. No podía permitir que algo malo les pasara a la chicas, no podría perdonármelo.

— ¡Maldita sea! ¡Esto no puede ser!—Dejé un fuerte golpe en la mesa. Ahora las chicas estaban siendo vigiladas y esto no podía quedarse así.

— ¡Joder! Sabía que esto era mala idea.—Bill palmeó su frente con preocupación.—No debimos dejarlas solas Tom.—Finalizó sus palabras, sentándose en el sofá, moviendo las piernas con ansiedad. Entonces me di cuenta de que tenía que actuar lo más rápido posible.

— Chicos...—Voltee a ver a mi personal.—Prepárense para mañana, quiero que compren armas. Iremos por las chicas.—Bufé, apretando los puños.—¡No quiero errores porque de lo contrario, los voy a matar a todos! ¡¿Entienden?!—Les di una mirada amenazante.

— S-si jefe.—Asintieron con nervios.—De hecho, ya tenemos todo... Recuerde que nos dió dinero la semana pasada para eso.—Sonrió levemente y me sentí un idiota por haberlo olvidado.—Tenemos armas, máscaras y muchas otras cosas, no hay manera de que cometamos algún error.

— Bien, así me gusta.—Sonreí, sintiéndome ahora más relajado.— Guarden todo para mañana.—Finalicé mis palabras para finalmente darme la vuelta e irme a descansar.

[...]

Emily

Habían pasado justamente 15 días después de la desaparición de los chicos, Hillary estaba hecha un completo desastre, no comía, no sonreía y su luz se había apagado. Mientras que yo ya no sabía si lo que sentía por Tom era amor o odio.

De vez en cuando hablo con mis padres, me comentaron lo de la empresa del señor Kaulitz. Me sentí bien por ellos, pero realmente nada me pone feliz en este momento.

— ¿Cómo te sientes cariño?—Me acerqué a mi mejor amiga como todos los días para saber si sentía mejor. Después de aquel día prometí procurar que ella se sintiera bien.

— ¡Mal Emi! ¡Sabes que me siento mal!—Respondió con ira, dándome una mala mirada.

Solté un fuerte suspiro para no perder el control, si algo Dios me dió en abundancia, fue paciencia porque si fuera otra persona, la mete al inodoros de cabeza. Y la verdad es que entiendo que se sienta frustrada pero quien la abandonó fue Bill, no yo.