15| Damn horrible

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Emily

Estaba recostada en la cama, preguntándome a donde fue Tom y porqué esa actitud al salir de la casa. Aunque me cuesta admitirlo, claramente me importa, por Bill, porque sé que si le pasara algo, él no lo soportaría. Bueno ya, si me importa.

— No me jodas, Tom Kaulitz.—La preocupación me mataba porque no estaba recuperado del todo, y por la forma de salir de casa, sabía que no fue a nada bueno.

Y así pasaron varios minutos, maldiciéndome, golpeándome física y mentalmente, hasta que un fuerte golpe me sacó de mi trance.

Me senté sobre la cama y me quedé en estado de shock al ver a Tom entrar por la puerta con la mirada más fría que nunca, estaba muy enojado, y sus manos tenían sangre al igual que su ropa.

— ¡Joder Tom!—Llevé ambas manos a mi boca con sorpresa, creo que jamás lo había visto en ese estado.—¿Porque estás así? ¿Que hiciste?—Tenía los nervios de punta. Sabía que Tom había hecho algo y quería detalles.

Este se giró hacia mi, clavándome la mirada, provocando que me exaltara un poco. Sin exagerar, parecía el mismo demonio.

— ¡No estoy de humor Emily!—Apretó los puños fuertemente sin dejar de verme.— ¡Déjame en paz!—Gritó de forma exagerada, pero para mi no era competencia, quería respuestas si o si.

— ¡Maldita sea Tom!—Grité frunciendo el entrecejo.—¿Como voy a dejarte en paz? ¡Mira cómo estás! ¿A quien mataste? ¡Estás consciente de que aún estás herido! ¿Verdad?

— ¡Te dije que me dejaras en paz! ¿Quieres atención, cierto? ¡Pues es lo que voy a darte!

Veía a Tom acercarse a mi e inmediatamente quería morir ahí mismo, ya estaba esperando lo peor. Había pasado algo similar antes, pero algo me decía que esta vez sería peor.

Una vez cerca de mi, me tomó de brazos y me pegó a la pared, quedando nuestros rostros bastante cerca, sintiendo su respiración golpear cada parte de este. Los nervios recorrían por todo mi cuerpo, sin entender que quería lograr con esto.

— Mueres por mi...—Susurró a mi oído, usando un tono de voz asqueroso, al mismo tiempo escuché cómo una risita descarada se escapaba de su boca.—Lo sé niña.

— ¡Aléjate de mi Tom!—Intenté apartarlo pero la fuerza bruta que este hacía contra mi cuerpo, no me permitía hacer mucho.

— Tranquila... Estoy seguro de que te va a encantar.—Empezó a besar mi cuello sin previo aviso. No sé expresar cómo me sentía en ese momento. ¿Asco? Si asco, porque aunque Tom me gustara, lo último que quería era que se me acercara de esta forma.

— ¡Te dije que me sueltes maldito!—No aguanté más y terminé dejando un fuerte golpe en su parte, apartándolo de mi al momento.

Este perdió el control y posó su mirada en mi con enojo. Hasta que se me acercó nuevamente y dejó un fuerte golpe en mi cara. Me tomó de brazos y me lanzó a la cama de manera brusca.

— ¡Ahora verás Maldita!—Gritó con furia y luego empezó a sacarse la ropa, mientras que yo solo negaba con la cabeza.—¡No te quedarán deseos de ser agresiva nunca mas!

— ¡Espera! ¿Que vas a hacer?—Pregunté con nervios, rogando que no sea lo que estaba pensando.—¡Tom no te atrevas! ¡Por favor!—Grité desesperada, sintiendo cómo algunas lágrimas caían de mi rostro. Ya sabía sus intenciones.

— ¡CÁLLATE!—La furia de Tom aumentaba y nuevamente me pegó en la cara para intentar callarme. Este ignoró mis gritos y me sacó la ropa. Se colocó justo al frente de mi, intentando abrir mis piernas.

SHE RESCUE ME | Tom kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora