El piso de Claudia está en un edificio
antiguo en pleno centro histórico. Una
larga hilera de habitaciones se abre a un
amplio pasillo. Se lo dejó aquel marido
suyo, el genio de la física o las
matemáticas, no recuerdo bien. Eso es lo
que más me gusta de Claudia, que por
mucho que haga enfadar a las personas
siempre logra que la perdonen. Mi madre
se reía cada vez que le contaba los finales
de sus historias de amor, y Claudia se los
relataba a mi madre porque sólo ella sabía
entenderlos como corresponde, esto es,
como algo para reírse y a continuación
olvidar. Angela no, a veces era incluso
demasiado severa, de manera que Claudia
prefería no contarle todo.
Mi habitación es preciosa: una cama
amplia con sábanas y edredón de un
estampado floral en tonos rojo oscuro y
azul marino. Las cortinas son a juego y hay
un escritorio que debe de tener mi edad
multiplicada por diez, y el suelo es de
tablas de tonos oscuros que incitan a
descalzarse o sentarse directamente sobre
ellas. En la sala hay una mesa larga con
cabida para veinte personas y un sofá
verde oscuro que debe de haber costado
una fortuna. No obstante, lo más bonito es
la gran chimenea, que además funciona,
con un sofá de terciopelo rosa que Claudia
ha colocado justo delante, junto con una
mesita de cerezo. Este detalle me lo
explicó ella, asegurándome que era lo
único que sabía de los muebles de la casa.
De las paredes cuelgan decenas de
cuadros que deben de valer una fortuna y
varias fotografías antiguas de la familia. A
saber por qué un hombre deja una casa así
a una mujer que lo ha abandonado casi
después de la boda.
-¿Era tan insoportable? -le pregunto.
-Ni te lo imaginas -responde
poniendo los ojos en blanco-. Con decirte
que quería enseñarme a jugar al bridge...
-Se echa a reír-. ¿Me ves jugando al
bridge?
-Pero ¿cuántos años tenía?
-Según el registro civil, pocos, pero
mentalmente se podía remontar sin
problemas a principios del siglo veinte. -Y
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La lluvia en tu habitación *Paola Predicatori*
Teen FictionA sus 17 años, Alessandra ha vivido una de las experiencias más dolorosas: el cáncer se ha llevado a su madre y ahora se encuentra entre la aceptación de una pérdida insoportable y un agudo sentimiento de abandono. Al reincorporarse a la escuela, en...