Estabas asomada a la terraza de una casa
grande y mirabas abajo, hacia mí. El sol
me cegaba y sólo lograba ver tu sonrisa.
Estabas guapísima. El pelo te enmarcaba
la cara como en la fotografía del instituto
que un día me enseñaste. No podía dejar
de mirarte. Seguías sonriendo, pero no
conseguía verte los ojos. Luego, de
repente, estábamos sentadas juntas en el
suelo de la amplia terraza. El cielo azul
resplandecía. Qué maravilla estar juntas de
nuevo. Aunque sabía que se trataba de un
sueño, todo me parecía auténtico. Cuando
desperté, lo retuve por un instante y la
felicidad se introdujo en mi corazón como
un proyectil de plata, y me mató.
Si cierro los ojos y me esfuerzo por
recordarte, no te veo como te vi en ese
sueño. Era perfecto. Si pudiese soñar
contigo cada vez que lo necesito, quizá no
me resultaría tan doloroso.
Aparte del vídeo que grabó el abuelo el
día de mi cumpleaños, sólo me quedan de
ti las fotografías, y me doy cuenta de que
pocos meses después de que te hayas ido,
cuando intento recobrar tu rostro en mi
memoria, recordar tu voz, algo empieza a
desdibujarse, y eso me espanta. Querría
recordarlo todo de ti, pero no logro
recuperar los gestos de siempre, lo que me
serviría para volver a sentir cómo eras, lo
que constituía el aura de tu presencia: tus
saludos en la puerta; tú, mientras te
abrochabas la trenca y pensabas en las
cosas que debías hacer y cogías las llaves
del mueble del vestíbulo. Las cosas
inútiles, los fotogramas desechados.
ESTÁS LEYENDO
La lluvia en tu habitación *Paola Predicatori*
Fiksi RemajaA sus 17 años, Alessandra ha vivido una de las experiencias más dolorosas: el cáncer se ha llevado a su madre y ahora se encuentra entre la aceptación de una pérdida insoportable y un agudo sentimiento de abandono. Al reincorporarse a la escuela, en...