—¿Cuándo vuelves?
—Cuando estés durmiendo.
Y yo me dormía y, mientras soñaba, tú
regresabas. Apenas despertaba te llamaba,
a veces quejosa a veces contrariada, y
venías. Habías mantenido tu promesa,
habías vuelto. Yo del sueño, tú del mundo
exterior. A veces pensaba: «¿Y si no
volviese?» Y quería que el sueño durase
poco, que fuese un simple parpadeo, como
el hada Isabella, que hacía que las cosas
ocurriesen así. Intentaba imitarla, y luego
te llamaba, sólo moviendo los labios,
apenas susurrando, porque tal vez el hada
Isabella podía verme y no quería que
hiciese como ella. Entonces esperaba y en
la calma vespertina, sobre todo en verano,
disolvía la ansiedad en el sueño. A veces
despertaba empapada en sudor.
—¿Has estado corriendo en sueños? —
me preguntabas.
Me incorporaba y, como un cachorro,
buscaba tu cuerpo, te abrazaba y me
sentaba en tus piernas, de través, hecha
un ovillo, añorando el momento en que
todavía no había nacido y éramos una sola
y jamás habrías podido marcharte sin mí.
—Te buscaba, pero no sabía dónde
estabas.
—Pero si estoy aquí, mamá ha vuelto.
¿Cuándo vuelves? Cuando estés
durmiendo. Ahora me viene a la mente
cada vez que despierto de un sueño
inquieto, uno de esos en los que te
precipitas sin llegar a caer, como a veces
hacen los pájaros. Me incorporo poco a
poco, igual que entonces, y en ocasiones
me doy cuenta de que no respiro:
¿contendrán también el aliento los pájaros
cuando vuelan? ¿Dejarán también de
respirar si tienen miedo?
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La lluvia en tu habitación *Paola Predicatori*
Novela JuvenilA sus 17 años, Alessandra ha vivido una de las experiencias más dolorosas: el cáncer se ha llevado a su madre y ahora se encuentra entre la aceptación de una pérdida insoportable y un agudo sentimiento de abandono. Al reincorporarse a la escuela, en...