Ah! Love [1ra Parte Semicolon] - Omegaverse

Capítulo 84

Terminó de cobijar a Soobin cuando lo vio completamente dormido en su cama. Se acercó para dejar un pequeño beso en su frente y salió de la habitación del menor apagando la luz. Dejó la puerta entreabierta, dónde la luz del pasillo alumbrará un poco.

Regresó por el pasillo hasta llegar a la habitación principal, dónde Jun se encontraba acostado viendo su celular. Entró sin hacer mucho ruido y se quedó en la puerta observando al Alfa fijamente. Chan lo analizaba. Tenía el torso al descubierto y solamente llevaba puesta su ropa interior.

Su aspecto había cambiado durante seis años. Su abdomen estaba más marcado, había conseguido más masa muscular y creyó que su altura también había crecido un poco. Mientras él, era un Beta demasiado simple. Mantenía la misma estatura y su cuerpo era demasiado delgado. La misma complexión que varios Omegas. Por eso, muchos Alfas lo confunden con un Omega, y su aroma no ayudaba a nada.

Nunca fue atractivo entre los Omegas y las Betas femeninas. Nunca fue popular en ningún sentido, y sólo servía para ser el juguete sexual de los Alfas. Ni siquiera Jun, quien juró amarlo un día, lo veía suficiente. Hasta que llegó Boo Seungkwan. Un lindo Omega que conoció gracias a su academia. Sin él, creyó que estaría destinado a hacer las mismas cosas de siempre.

Jun había vuelto. Más agresivo y más dominante, y creyó que volver a verlo tendría una debilidad por él, pero no era así. Cualquier sentimiento que había tenido en el pasado hacia Jun, ya no existía. Al menos, no todos, pues el miedo seguía invadiendo su cuerpo. 

—¿Vas a quedarte ahí parado o vendrás a dormir? —Jun lo despertó de sus pensamientos. Chan desvió la mirada hacia otro lugar de la habitación.

—Acabo de dormir a Soobin —comentó—. Será mejor que duerma en la sala —dio media vuelta para regresar.

—No —se detuvo. Escuchó los pasos del Alfa, se acercaba a él—. Vas a dormir conmigo —podía sentir su respiración en su nuca y su aroma intenso, el cuál se había vuelto demasiado desagradable—. Será mejor cerrar la puerta bajo llave, no queremos que Soobin nos escuché, ¿o sí? —llevó la mano al picaporte, poniendo la puerta con seguro.

—Jun, no quiero hacerlo —murmuró con miedo.

—Prometo que te gustará —susurró en su oído. Lo tomó de la cintura y se apegó por la espalda, dejando besos en su cuello hasta que detectó un aroma desagradable para él—. Sigues apestando a ese Omega —gruñó—. ¿Aún no terminas tu lazo con él? —Chan no respondió—. Ven —lo tomó con fuerza de la muñeca y los arrastró hasta la cama.

—¡Suéltame! —pidió.

Jun lo aventó a la cama y se subió encima de él. Chan comenzó a forcejear para salir de ese lugar pero el Alfa aprisionó las muñecas contra la cama y ejercía fuerza en las piernas con las suyas, dejándolo completamente inmóvil.

—Quiero que destruyas ese lazo con ese Omega y hagamos el amor o no querrás verme enojado —ejerció fuerza en sus muñecas, Chan se quejó—. Hazlo.

—¡No quiero hacerlo! —alzó la voz, dejando salir algunas lágrimas por el miedo. Jun se enfureció.

—¡¿Por qué no?! —gruñó buscando intimidarlo.

—Porque Seungkwan me ha dado todo lo que no pudiste darme —Jun se sintió herido con esa confesión—. Él sí me ha dado un hogar a dónde regresar, él me ha apoyado en todo, me ha dado mi lugar como el primero en su vida. ¡Seungkwan cumple sus promesas! —el Alfa observaba como sollozaba—. En cambio tú —soltó con rabia—. Solo me diste las migajas, era tu juguete. Siempre te metías a mi cama con la excusa de que me amabas. Siempre tenía que ser tu segunda opción porque buscabas a cualquier otro Omega que estaba por ahí. ¡Nunca me amaste! Me prometiste una vida contigo y lo primero que hiciste fue dejarme. ¡Por eso te odio!