Capítulo 24

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Los rumores sobre Hansol no parecían equivocarse. Él era un Alfa que aparentaba algo ante otros Alfas, ganándose su confianza y obedeciendo lo que ellos querían. Era de ese modo cómo logró conseguir un gran puesto en su trabajo, así siempre conseguía lo que él se proponía, incluso con los Omegas.

Para Hansol, los Omegas eran fáciles de dominar. Muchos de ellos estaban a las expectativas de encontrar un buen Alfa que los cuide, y Hansol se aprovechaba de ello para acostarse con varios Omegas y después desecharlos. Algunos se resisten a caer en sus encantos, y por ello, recurre al plan B en el momento indicado.

Así como los supresores inhiben el celo de los Alfas y Omegas, existe una sustancia capaz de provocarlo, llamada adhesión al celo, una sustancia que era prohibida por sus efectos agresivos en las personas que los utilizaban. Hansol tenía un método para conseguirlo y lo utilizaba con sus presas. Ahora tenía una nueva víctima, y planeaba utilizarlo para tenerlo en dominio.

Desde que llegó, ha sentido la atmósfera de su alrededor demasiado pesada. No era supersticioso, pero tenía un mal presentimiento. Estaba preocupado por Soobin, a pesar de que el cachorro se despertó temprano para despedirse de su padre, Wonwoo no dejaba de pensar que algo malo estaba ocurriendo con su cachorro.

Mandó constantes mensajes a su madre durante la mañana para saber el estado en el que se encontraba Soobin. Su madre le decía que estaba bien e incluso lo amenazó con bloquearlo si no dejaba de insistir en ello. Así que intentó despejar su mente para tranquilizarse. Estaba demasiado paranoico y lo que menos deseaba era cometer un error por su paranoia. Podía estar equivocado y Soobin estaría bien al llegar a casa.

—Wonwoo —Mingyu salió de la oficina para llamar al Omega.

Las cosas entre su relación con su jefe se volvieron un poco extrañas. No había forma de que lo viera y no recuerde el abrazo que recibió de su parte. Se sonrojaba a más no poder y se ponía ansioso por querer sentirlo de nuevo, pero el Alfa parecía no importarle. Eso lo lastimaba, pero tenía que soportarlo por la estúpida decisión que había tomado.

—¿Necesita algo? —Wonwoo se giró a verlo, evitando pensar en esa escena y mantenerse tranquilo. No era un adolescente, debía actuar como una persona adulta.

—¿Podrías pedir algo de café? —pidió Mingyu con una sonrisa. Wonwoo asintió.

—¿Le molesta si puedo ir por uno? —preguntó a Mingyu que no parecía molestarle—. He estado un poco distraído y creo que un café me vendría bien para continuar con mi trabajo —a Mingyu le pareció tierno esa explicación.

—De acuerdo, ve. No tardes mucho.

—¡Muchas gracias! —Wonwoo hizo una pequeña reverencia y se fue de ahí para ir a la cafetería.

Mingyu entró a su oficina una vez que Wonwoo se marchó, y no pudo evitar pensar lo lindo que era en todos los sentidos. No paraba de sonreír por él.

Wonwoo fue hasta la cafetería del lugar, pidiendo dos cafés. Uno especial para el presidente Kim y otro común para él. Pagó el suyo con su cuenta, ya que lo que Mingyu solicitaba, siempre era pagado por su cuenta.

Volvió a su puesto de trabajo tomando el ascensor, venía pensando en sus asuntos y como el presentimiento que tenía se había ido. Estaba un poco más relajado al beber un poco de su café. Tal vez solo estaba cansado de tantos problemas en su vida que necesitaba algo de paz, y el café se lo daba.

—¡Lo siento! —se escuchó por todo el pasillo, después de que las puertas en el ascensor fueran abiertas.

Wonwoo apenas había dado un pasó fuera del cubículo del elevador, cuando Joshua chocó con él, derramando el café que le pertenecía al suelo. Tuvo suerte de que no se empapara del líquido que estaba hirviendo, pero sí logró manchar parte de la ropa del Omega y del Beta que estaban atónitos por lo que sucedió.

Ah! Love [1ra Parte Semicolon] - Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora