Ah! Love [1ra Parte Semicolon] - Omegaverse

Capítulo 86

Mingyu veía a Wonwoo dormir con el álbum de fotos en sus brazos. Durante la noche, Wonwoo había caído dormido y no fue capaz de quitarle el álbum de sus brazos. Para el Omega, era sentir a Soobin más cerca de él aunque estuviera lejos. Se acercó a Wonwoo para agacharse y dejar un beso sobre su frente.

—Te preparé el desayuno, tu madre te lo traerá cuando despiertes —murmuró sobre su frente—. Regresaré después del medio día. Te amo —dejó una caricia en su frente.

Se apartó de inmediato para buscar una corbata en su clóset. La colocó sobre su cuello e hizo el nudo. Después tomó su sacó y se lo colocó. Salió de la habitación sin hacer mucho ruido, bajó al primer piso donde la madre de Wonwoo se encontraba en la sala.

—Me iré ahora —comentó Mingyu llamando la atención de la Omega—. Por favor, le pido que cuide a Wonwoo.

—Regresa con buena noticias —Mingyu asintió.

—Nos vemos más tarde —se acercó a la Omega para despedirse con un abrazo.

Regresó a su camino para salir de la casa, tomando las llaves que estaban sobre el mueble a lado de la puerta. Cerró la puerta tras su salida y subió a su auto para ponerlo en marcha e ir a su cita del medio día.

El lugar estaba un poco retirado, por ello tomó su tiempo para salir antes de la casa y no tener que pelear con el tráfico de la ciudad. Mantuvo su mente despejada. Admitía que estaba un poco nervioso, el padre de Seungkwan no era alguien fácil de manejar. Era un juez, con un carácter muy diferente a su padre o al de él. Si no lograba convencerlo, perdería la única oportunidad que tenía. Su mente debía estar fría y enfocada en un solo punto.

Llegó antes de la hora como lo previó. Estacionó el auto fuera del edificio y entró para encontrarse con el Juez Boo. Recordaba perfectamente ese lugar, no era la primera vez que lo visitaba, aún así se sentía tan extraño. Nunca creyó tener que volver a pisar ese lugar en su vida, ni siquiera creyó necesitarlo en algún punto. Ahora lo haría.

Tomó el ascensor y entró al cubículo marcando el piso al que subiría. Se preparó mentalmente a qué se enfrentaría, adoptando una postura firme y decidida como un presidente de una compañía. Mostrando que él también era un Alfa aunque por el interior estaba teniendo miedo de lo peor. La puerta del ascensor se abrió frente a él y con pasos decididos se encaminó hasta la recepción.

—¿Tiene alguna cita con el Juez Boo? —llamó la Omega que tenía frente a él.

—Soy Kim Mingyu —ella tecleó el nombre de Mingyu encontrando la cita programada en la agenda digital.

—En unos minutos el Juez Boo lo atenderá, puede tomar asiento —señaló la Omega.

Mingyu tomó asiento en una de las sillas en el lugar, y esperó paciente —aunque nervioso—, a que el Juez lo atendiera como pidió. La espera era un poco lenta y cada minuto que pasaba lo hacía sentirse más nervioso.

Tomó un poco de aire, intentando calmarse; hasta finalmente la puerta fue abierta. Mingyu se levantó, viendo al Juez Boo salir de su oficina. Se sintió un poco intimidado. ¿Un Alfa siendo intimidado por otro Alfa? No era solamente por ello, era porque veía la única salvación que tenía ante su problema, y sin embargo, ahí estaba ese Alfa, con un aspecto sumamente relajado.

—Kim Mingyu —sintió la mirada examinadora del otro Alfa—. Te has vuelto más diferente de la última vez que te vi, ¿cuándo fue eso?

—Hace tres años —comentó Mingyu—. Cuando me casé —el Alfa se sorprendió.

—¿Ya ha pasado tanto tiempo? —sonrió fascinado—. Vaya, pensé que fue hace algunos meses, ¿pasas? —indicó el Alfa haciéndole una señal.

Mingyu le tomó la palabra y entró a la oficina. Era una oficina con dos estantes llenos de papeles a cada costado. En el centro, había dos sillones viéndose entre sí y una mesa entre ellos. Y en el fondo, el escritorio del Juez Boo. Se hizo a un lado, esperando que el otro Alfa haya entrado, en el momento que lo hizo, cerró la puerta detrás suyo.