La sombra de Kadath - Tercera parte

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Orden Esotérica de Dagón

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Había que ofrecerles bastantes sacrificios, proporcionales baratijas y albergarlos en el pueblo cuando se les antojara. Entonces nos dejarían en paz. A ningún forastero se le debía permitir que fuera por ahí con historias. En otras palabras: prohibido espiar. Los que formaban el grupo de los fieles —o sea, los de la Orden de Dagón— y sus hijos, no morirían jamás, sino que regresarían a la Madre Hydra y al Padre Dagón, de donde todos hemos salido. ¡Iä! ¡Iä! ¡Cthulhu fhtagn! ¡Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah-nagl fhtagn!

—H. P. Lovecraft, La sombra sobre Innsmouth

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XI. Profundos

En 1927, el puerto de Innsmouth, Massachusetts, fue tomado por asalto por las autoridades federales y el ejército de los Estados Unidos de América; tras una denuncia anónima. La mayor parte de sus habitantes fueron arrestados y llevados a campos de concentración. Los defensores de derechos humanos alzaron sus voces de protesta; pero al poco tiempo fueron acalladas. Desde entonces nadie ha dicho nada al respecto de nuevo. Lo que sucedió en aquellos días en Innsmouth sigue siendo un secreto para la mayoría de las personas salvo para los conocedores del Mito Primigenio.

Randolph Carter, rector de la universidad de Miskatonic en Arkham, Massachusetts, era una de las pocas personas que sabía exactamente el motivo que llevó al gobierno a su redada contra Innsmouth y sus habitantes.

A comienzos del siglo XIX Innsmouth era un pueblo en declive. El puerto siempre se había dedicado a la pesca, la cual comenzó a escasear. La revolución americana y los consiguientes años difíciles para la nación recién nacida habían golpeado de manera brutal al pequeño pueblo. La gente literalmente se moría de hambre en las calles.

Por aquellos años, una de las familias importantes de la región eran los Marsh. El capitán Obed Marsh, hombre de mar de toda la vida, tenía bajo su comando una flota de cuatro embarcaciones grandes que usaba para transporte marítimo y exportación. En uno de sus viajes por el Océano Pacífico encontró a una tribu que comerciaba con unos extraños hombres de las profundidades.

Obed Marsh regresó a su natal Innsmouth y le dijo a la gente que era tonta al rezar a un dios que no escuchaba a sus feligreses. Pero él conocía a un dios que traía pesca abundante y riquezas. Por primera vez se escuchó un nuevo rezo: Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu, R'lyeh Wgah nagl fhtan. ¡Iä! ¡Iä! ¡Cthulhu, fhtagn! ¡Iä! ¡Iä! ¡Dagón, fhtagn!

Innsmouth volvió a progresar. La pesca era abundante y el oro traído de las profundidades volvió ricos a los habitantes. El nuevo dios parecía escucharlos. Todos le dieron a espalda a Cristo y comenzaron a adorar a Dagón, todo el pueblo rezaba a Cthulhu: Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu, R'lyeh Wgah nagl fhtan. ¡Iä! ¡Iä! ¡Cthulhu, fhtagn! ¡Iä! ¡Iä! ¡Dagón, fhtagn!

Sin embargo, como es de esperar, había un costo. Los Profundos, la raza de hombres peces que habían traído el culto a Dagón, requerían sacrificios para el dios. En el Arrecife del Diablo, ubicado a pocos kilómetros de la costa de Innsmouth, se llevaban a cabo las ceremonias durante la Luna llena.

Eso no fue suficiente. Los Profundos exigían más, comenzaron a reclamar que los hijos de las familias les fueran entregados como un tributo. Comenzó el mestizaje entre los habitantes de Innsmouth y los profundos. Comenzaron las persecuciones. Aquellos que no adoraban a Dagón debían ser eliminados. Los extranjeros no eran bien vistos. No se les debía dejar andar por allí a sus anchas.

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