Déjà vu [JeffTa]

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| Ta |

―Insisto en que no sé si es una buena idea, Ta.

―Hazme caso y sigue afinándola.

Tengo frente a mí los apuntes de mi clase, porque tengo un examen muy importante el lunes y necesito repasar los temas.

Jeff está junto a mí, afinando su guitarra acústica.

Estamos bajo la sombra de un árbol muy frondoso en el parque.

Ha estado muy ocupado en su trabajo y yo también con pendientes de la universidad, pero hablamos cada día desde nuestra cita que fue hace casi dos semanas. Nos deseamos siempre los buenos días, las buenas noches, nos enviamos memes, stickers y en el transcurso del día también nos dejamos mensajes de ánimo y buenos deseos.

Jeff me envía selfies antes de entrar a alguna reunión o cuando está en su oficina.

Yo le envío selfies cuando estoy en clases y a veces antes de dormir.

Ya le hice un álbum en mi galería porque me gusta tener todo lo que me envía agrupado y organizado.

Hoy por fin encontramos un espacio libre para ambos.

Lo convencí de que trajera su guitarra y debo decir que se ve increíblemente atractivo con ella.

― ¿Por qué mejor no te ayudo a estudiar? ―apoyó su cabeza en mi hombro, suspirando.

― ¿Sabes algo sobre teoría de la luz y ángulos de imagen?

Negó con su cabeza.

―Entonces continúa afinándola.

―Mejor juguemos a las preguntas otra vez..., ¿cuál es tu animal salvaje favorito?

El juego de las preguntas fue mi idea en primer lugar una vez mientras hablábamos por mensajes, pero ahora Jeff me ha quitado el derecho de ser quien comienza.

―La jirafa. Continúa afinándola.

―Él mío es el leopardo ¿Y tu materia favorita en la escuela?

― Arte. Continúa afinándola.

—La mía Ciencias Sociales, ¿fruta tropical favorita?

—Sandía. Continúa afinándola.

—La mía es el mango. Me gusta picarlo en trozos y echarle sal con limón. ¿Le tienes miedo a algo? ¿Una fobia extraña?

―No es extraña como tal. No me gustan las alturas. Continúa afinándola.

―Yo odio los espacios cerrados y el océano, es terrorífico. ¿Imaginas todo lo que debe vivir allá abajo? Oii, y las gallinas también. Son animales impredecibles.

A ese punto, no pude contener la risa. Era gracioso porque se supone que soy yo quien habla hasta por los codos, pero creo que Jeff está a punto de quitarme el primer lugar. Me gusta.

― ¿No vas a afinarla, verdad? ―lo miré y él hizo puchero.

―Está bien, está bien.

Volvió a enfocarse en ella y yo en mis apuntes, hasta que sonó mi celular.

Era Cooper.

Respondí y puse el altavoz.

― ¿Qué hay?

― ¿Qué hay, Ta? ¿Qué haces? ¿Estás ocupado?

―Algo así, ¿por?

―Quería invitarte por unos batidos, sé que el de frutos cítricos es tu favorito y encontré un nuevo lugar genial, ¿paso por ti a tu casa o estás trabajando?