Déjà vu [JeffTa]

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| Ta |

Me miré con atención en el espejo, fijando la vista en la cicatriz que cubría todo mi esternón.

Tragué saliva e hice un mohín.

No me gustaba por su apariencia, era grande y protuberante, pero significó un momento crucial en mi vida, así que debía aprender a quererla.

Terminé de vestirme y tomé mi bolso. Debía ir a clase, toda esta semana es de exámenes y he estado tan ocupado estudiando que no he podido ir a la cafetería.

―Alto ahí, jovencito. ―mi madre me interceptó al final de la escalera.

―Hola, ma. ―le sonreí.

―Nada de hola, tienes muchas respuestas que darme, Ta Nannakun.

― ¿Qué hice ahora?

― ¿Se puede saber quién es el causante de que llegues casi a medianoche y con una sonrisa de adolescente enamorado?

Me sonrojé.

― ¿Q-Qué...? Mamá... ―me reí con nerviosismo.

―Mira nada más como se te colocaron las mejillas. ―las pellizcó con cariño―. Anda, dime, ¿estás saliendo con alguien, mi amor?

―N-No...

―Ta..., no me mientas. ―me señaló acusatoriamente con su dedo índice.

―N-No... no estamos saliendo, s-solo hemos tenido algunas citas...

No estaba mintiendo.

― ¿Te gusta?

― ¡Mamá!

― ¿Dónde lo conociste? ¿Te trata bien?

― ¡Mamá!

― ¡Debo hacer lo que ocurre en tu vida! ¡Me preocupa con quien te relacionas!

―Mamá... ―sonreí―. R-Recién nos estamos conociendo. E-Es un cliente recurrente en la cafetería, no estamos saliendo...

― ¿Pero te gusta?

―E-Es lindo...

― ¿O sea que si te gusta? ¡Quiero conocerlo!

― ¡Mamá!

― ¿Qué tiene de malo? Si conquistó tu corazón debe ser un joven maravilloso... ―me sonrió.

―Nadie ha conquistado mi corazón, mamá, s-solo... solo...

―Si es solo un amigo también quiero conocerlo, ¿no puedo conocer a tus amigos?

Puse los ojos en blanco.

―Sé lo que estás tramando, mujer. Me voy a la universidad. Te amo. ―besé su frente.

―Pero me lo vas a presentar, ¿verdad?

―Nos vemos luego, mami. ―agité mi mano.

― ¡Ta Nannakun!

Me eché a reír y terminé de salir de casa, con una sensación extraña en el pecho.

ǀ ... ǀ

― ¿Cómo crees que te fue? ―me preguntó Cooper, mientras salíamos del salón.

―Creo que bien... ―hice un mohín.

― ¿Y esa cara?

―Nada...

Negué con mi cabeza, mirando la pantalla de mi celular.