Déjà vu [JeffTa]

27

| Ta |

Llevaba tres días quedándome en el condominio de Us y aunque me dijera que no tenía ninguna molestia por eso... no quería incomodar más.

Dormía en su cama y..., bueno, solo eso porque la verdad ni siquiera tenía energía para bañarme.

Us me obligaba a comer y a tomarme mis pastillas a la hora correspondiente, aunque le repitiera una y otra vez que solo me dejara dormir. Es demasiado insistente.

Tuve que bloquear a Jeff.

Me llamaba todo el tiempo, me dejaba mensajes por todas las redes y ya me agobiaba. No quería leerlo, no quería escucharlo, no quería verlo.

Tampoco había ido a la universidad y tanto JJ como Perth comenzaban a preocuparse. Yo nunca falto a la universidad.

Si sigo faltando voy a retrasarme mucho.

Sabía que mi madre tenía turno nocturno hoy, así que quería aprovechar eso para volver a casa. No estaba seguro todavía de querer verla...

Me mintió...

Al igual que Jeff..., ella me mintió...

Saqué mi celular en cuanto me bajé en la parada del bus para dejarle un mensaje a Us.

Ta:

[Volví a casa. No te asustes si no me encuentras al regresar. Gracias por todo, en serio.]

[Dile a mi tío que sí iré al turno de mañana.]

Suspiré y guardé mi celular.

No fui capaz de contarle a Us lo que pasó.

Ni con Jeff ni con mi madre.

Me sentía avergonzado, me sentía como un tonto.

Los tres días enteros... me mantuve en absoluto silencio, excepto cuando lloraba.

No sabía que se podía llorar tanto...

Al acercarme a casa, me di cuenta de una sombra que estaba sentada justo en la entrada, debajo del pórtico.

Me detuve de golpe y mi corazón se aceleró.

No...

No...

No estoy listo para verlo...

Sentí que mis manos comenzaron a temblar y las escondí en el enorme bolsillo delantero de mi hoodie.

Tragué saliva y me obligué a volver a caminar, a pesar del dolor en mi pecho.

En cuanto levantó el rostro hacia mí, el corazón me dio un vuelco.

Jeff se veía... horrible.

Grandes ojeras debajo de sus ojos, el cabello algo desordenado y muy pálido. Sus ojos no brillaban y tuve que apartar los míos de inmediato, porque no toleraba mirarlo.

Se levantó de inmediato y dio un par de pasos en mi dirección.

―Hi there... ―lo escuché aclararse la garganta―, t-te... te estuve esperando un buen rato, yo...

― ¿Qué haces aquí?

―M-Me bloqueaste. No podía comunicarme contigo. He venido sin parar una y otra vez todos estos días con la esperanza de verte, p-pero tu mamá me dijo que no te estabas quedando en casa, que estabas con Us, e-estaba preocupado, y-yo...

―Supongo que como se mudó hace poco, la dirección que tenías de la casa de sus padres no te servía, ¿verdad?

Lo miré, sintiendo que volvería a llorar en cualquier momento.