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| Ta |

Estaba apoyado en las piernas de Jeff, leyendo mis notas para mi clase de mañana. Él por su parte tenía la vista fija en su celular, revisando su correo electrónico. Ambos tumbados en el sofá de su sala.

Escuchaba Starboy que se reproducía gracias a la playlist que había puesto en su equipo de sonido.

Jeff siempre me deja poner música.

Amo que cualquier pequeño espacio que tenemos, lo usamos para estar juntos porque sabemos que hay días en los que vernos es muy complicado, ya sea porque él está ocupado o porque yo lo estoy.

Amo estar con él más que cualquier otra cosa.

Y amo que él también disfruta de mi compañía.

―El video llegó a las quinientas mil vistas. ―me dijo, llamando mi atención.

Levanté el rostro hacia él y sonreí.

― ¿En serio? ¡Dejame ver!

Me enseñó la pantalla de su celular.

En efecto, el cover que subió hace solo cinco días ya tenía quinientas mil vistas.

Say Yes to Heaven de Lana del Rey.

Sus suscriptores también aumentaron mucho. Chillé de emoción y me lancé a sus brazos.

― ¡Sabía que te amarían! ¡Jeff Satur está de regreso, bitches!

Él lanzó una carcajada y me abrazó con fuerza.

―Eres el mejor. ―lo besé.

―Es porque tengo al mejor director y editor de videos. ―sonrió en mis labios.

Me sonrojé, cuando sentí su lengua suave adentrarse en mi boca y jadeé, gustoso.

Me acomodé en su regazo y pasé mis brazos alrededor de su cuello, correspondiéndole.

Jeff es cálido, es reconfortante y seguro.

Su boca me hace sentir en casa, me alivia, me calma y me llena de ganas de más.

No puedo tener suficiente de él y de toda su existencia.

Nuestros labios se movían con sincronía, a un ritmo tan lento y tan necesitado al mismo tiempo que me acaloraba todo el rostro.

El aire se volvió más denso, el beso cada vez aumentaba más y sus manos acariciando mi cintura provocaban que mi cordura desapareciera más y más.

Nuestras lenguas se rozaban y su aliento cálido me aceleraba el corazón.

Nos alejamos un poco en búsqueda de aire y ambos nos reímos, nerviosos.

― ¿T-Todo bien...? ―me preguntó, con la respiración agitada.

Asentí.

―S-Sí...

―Estás del color de un tomate. ―sonrió, acercándose de nuevo a mi boca.

En lugar de responderle, volví a besarlo, con fuerza.

Quería más, mucho más.

Jeff me devolvió el beso con la misma intensidad, chupando mis labios y rozando su lengua con la mía.

De mi garganta emergían sonidos que jamás habían sido provocados por alguien que no fuera yo. Su boca y sus manos que se habían colado por mi camisa y acariciaban la piel de mi espalda, provocaban escalofríos en todo mi cuerpo. Las yemas de mis dedos se paseaban por la parte trasera de su cabello, sus hombros y sus brazos.

Déjà vu [JeffTa]Where stories live. Discover now