Llevaba varios días dándole vueltas a todas los vestidos que me habían recomendado para aquella dichosa gala y cada día tenía menos ganas de ir.
Llevaba cinco días sin hablar con Gavi y pensaba seguir así.
Había llamado a mis padres para contarles lo que había hecho y aún así no habían querido apartarme de todo aquello.
Así que en aquellos momentos no sentía nada.
Era como estar vacío.
El viaje a Paris había sido agotador, pero lo fue aún más cuando vi que teníamos que dormir en la misma cama y en la misma habitación.
Aquel día Gavi estaba vistiéndose con Pedri, así que pude arreglarme sin problemas ninguno.
Me puse el vestido de diamantes y después se encargaron de mi maquillaje y mi peinado.
Acabé con los tacones y entonces me miré en el espejo.
Vi mi reflejo y me juré que iba a aguantar como una auténtica estrella y entonces salí de la habitación para caminar por el pasillo seguida de una cámara del club.
Me monté en una de las limusinas y cuando llegué a la alfombra roja esperé en aquel coche.
Entonces la segunda limusina llegó y vi a Gavi y a Pedri bajar de ella.
Yo me bajé y fui hasta ellos.
Gavi me miraba y yo me acerqué a Pedri para entablar una conversación.
Después empezamos a caminar por aquella alfombra y entonces nos pidieron fotos individuales.
Yo posé y entonces cuando iba a salir de allí una periodista me paró y me acercó un micrófono.
– Buenas Gia, nos encanta tu vestido. Y ya todos sabemos que estás saliendo con uno de los chicos más amados en España, Pablo Gavi. ¿Cómo es salir con alguien tan deseado como él?
Vi a Gavi esperando a que terminasen mi entrevista y entonces fijé mis ojos en él.
– Bueno, sin más.– escupí y entonces salí de allí.
Caminé hasta él y entonces quiso agarrarme la mano, pero la aparté disimuladamente para sentarme en nuestra mesa.
La gala empezó y entonces sentí a Gavi removerse nervioso.
Después nos fuimos a los asientos y le vi charlar con Lewi.
Vi a una cámara enfocarme y sonreí saludando con la mano suavemente.
Pedri se acercó a mí para poder hablar en intimidad.
– Gia, por muy enfadada que estés con él, tienes que fingir delante de las cámaras.
– Que lo hubiera pensado bien antes de acostarse con una z-
– No llegó a acostarse con ella, Gia.
Lo miré fijamente y entonces asintió.
– La dejó allí plantada.
Asentí y después subieron para empezar a dar los premios.
Hasta que llegamos al Premio Kopa.
Pedri se levantó colocándose su traje y subió junto a Ronaldo.
Ambos nombraron a Gavi como el ganador y todos aplaudieron.
Gavi se colocó el traje y entonces subió para ponerse delante del micrófono.
– Buenas noches a todos, es un orgullo para mí recibir este premio. En primer lugar quiero agradecer a mi familia, a Iván y a toda la gente de Masía que siempre han estado en los buenos y en los malos momentos, también quiero agradecer al club de mi vida, el Barça, a los compañeros de equipo y selección, a todos los entrenadores que me han dado la oportunidad de debutar y de poder jugar y gracias a eso estoy hoy aquí. Y también agradecer a Gia, que está aquí conmigo hoy en esta noche tan especial. Muchas gracias y Visca el Barça.
La gente aplaudió y entonces tras hacerle unas preguntas volvió a sentarse esta vez a mi lado y me tendió el premio.
Después de la gala nos fuimos al hotel de vuelta y entré en la habitación seguida de él.
Me metí en el baño y entonces me quité aquel vestido y me lavé la cara para quitarme todo el maquillaje.
Después me di una ducha y salí enrollada en la toalla.
Vi a Gavi delante del espejo intentando quitarse la corbata y me acerqué a ayudarle.
Nos miramos a los ojos durante unos segundos y entonces desanudé la corbata y tiré de ella para quitársela.
Iba a hablar pero lo corté.
– Me voy a dormir. Estoy muerta.– dije y me tumbé.
Él se metió en el baño y yo acabé poniéndome un pijama para poder dormir mejor.
Al salir del baño llegó hasta la cama y entonces se tumbó a mi lado, así que me giré dándole la espalda.
– Lo siento.– murmuró.– Quería decirte que no pasó nada en aquella habitación porque corté todo antes de tiempo.
No dije nada, porque no había nada que decir.
– Llegué a casa cabreado y entonces te besé porque en el fondo te necesitaba. Te necesito.
Tragué saliva y me acurruqué.
– Odio tener que decir esto, pero me atraes, Gia. Y deberías sentirte muy orgullosa de ello. No puedo tocar a otras, porque no son tú.
Me giré para mirar el techo y entonces lo miré.
– Estoy vacío, Gia. No puedo amarte y no voy a hacerlo. Lo único que sé hacer es jugar al fútbol y follar para distraerme.
– ¿Amar? No quiero que me ames. En cuanto dejen de difundirse los rumores pienso dejar todo esto atrás.– admití.
– Entonces deja que te elija a ti.– murmuró.– Deja que te elija para llenar mi vacío.
Lo miré fijamente y encendí la lámpara de la mesilla.
Lo pensé durante unos segundos y entonces no me pareció mala idea.
No le soportaba pero el hijo de puta seguro que sabía como dar placer.
Y eso era lo que yo buscaba en aquel momento.
Me tiré a sus labios y entonces le sentí agarrar mi cara.
Después me puse encima suya y entonces acaricié su espalda desnuda.
Sentí sus manos llegar hasta mi culo y lo manoseó a su antojo.
Puede que me arrepintiese mañana de todo esto.
Pero tenía claro que ya que me iban a obligar a quererle, iba a aprovecharme de esta oportunidad.
Al menos hasta que el contrato acabase.
Porque en cuanto acabase iba a olvidarme de su existencia, y todo lo que hubiera pasado entre nosotros, desaparecería.
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Eaaaaa eaaaa eaaaa
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𝐅𝐈𝐋𝐋 𝐓𝐇𝐄 𝐕𝐎𝐈𝐃 +18 | Pablo Gavi
Teen FictionGia sabía que su vida no iba a ser fácil después de que sus padres le obligaran a tener una relación con un chico con el que no tenía nada en común. ¿Cuánto sería capaz de soportar el peso de la fama?