⚠️ Contenido Explícito
Solté un quejido en cuanto le sentí bajar una de sus manos por mi abdomen y llegó hasta mi intimidad.
Tragué saliva mientras él introducía su mano en mi interior y clavé mis uñas en sus hombros.
– Gia...– murmuró.– Levántate y ponte a cuatro.
Lo miré fijamente y negué con la cabeza.
Obedecerle en aquel momento era reflejar debilidad, y no pensaba sentirme débil a su lado.
– ¿No? Muy bien, tendré que hacerlo yo.– espetó.
Lo miré y entonces solté un chillido cuando me levantó por las piernas y me dejó caer en el colchón para acto seguido girarme y levantar mi cadera y azotar mi culo.
– ¿Qué es lo que quieres, Gia?
– No necesito decirlo.– dije.
– Creo que sí.– murmuró y acarició uno de mis muslos.
Abrí un poco las piernas y entonces quitó la mano.
Después le vi levantarse y agarró su corbata para acercarse a mí y empezar a anudar mis manos.
Lo miré y entonces agarró mi mandíbula para besarme.
– ¿Ya vas a decirme lo que quieres?– preguntó sonriendo.
– A ti.– escupí.
– Eso es.... Buena chica.
Se colocó detrás de mí y entonces mimó mi culo durante unos segundos.
Aunque toda esa tranquilidad no duró, porque entonces le sentí embestirme y apoyé la cara en el colchón.
Estuvo quieto durante unos segundos y respiré profundamente.
Hasta que cogió ritmo.
Agarré las sábanas con mis manos y chillé mientras me daba algún que otro azote en cada nalga.
Pellizcó mi culo y siguió embistiéndome con fuerza y rapidez.
A estas alturas lo único que podía hacer era gemir y chillar como una loca.
No me había equivocado al pensar que esto se le daba bien.
Estaba tocando el cielo con las yemas de mis dedos y no quería bajar.
Mordí mi labio cuando sentí una de sus manos llegar a mi zona íntima y empezar a tocar.
– Gia.– dijo.– ¿Sabes que tengo que devolverte la hostia que me pegaste en la cara?
Sonreí.
– ¿Vas a pegarme?
– No. Vas a pedirlo tú.
Sonreí y después me giró para volver a embestirme y gemí cuando le vi bajar su cabeza a mis tetas.
Su lengua dejaba un rastro de saliva por mis tetas y sus manos estaban agarradas a mis muslos para seguir arremetiendo contra mí.
Abrió mis piernas y escupió para después mirarme.
Lo miré y después abrí la boca sorprendida al sentir una de sus manos impactar contra mi mejilla.
No dolía. Era ardor. Y me gustaba.
– ¿Quieres más?– soltó.
Asentí y entonces volvió a pegarme.
Me eché a reír y luego pegó sus labios a los míos para besarme desesperadamente.
Siguió moviéndose dentro de mí y yo me agarré a él clavándole las uñas en la espalda mientras abría más mis piernas para él.
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𝐅𝐈𝐋𝐋 𝐓𝐇𝐄 𝐕𝐎𝐈𝐃 +18 | Pablo Gavi
Teen FictionGia sabía que su vida no iba a ser fácil después de que sus padres le obligaran a tener una relación con un chico con el que no tenía nada en común. ¿Cuánto sería capaz de soportar el peso de la fama?