El día que operaron a Gavi tuve que despertarme temprano para llevarle un par de cosas a David y después fui al hospital con él.
Me habían dejado fuera mientras se quitaba la ropa y le daban la del quirófano y después le vi salir tumbado en una camilla.
Antes de entrar en quirófano agarré su mano dándole fuerzas.
Y entonces desapareció.
Las horas que duró la operación estuve yendo y viniendo para buscar café para mí y su madre, que estaba descompuesta.
Pablo sin embargo estaba sentado, bastante tranquilo y Aurora hablaba con su novio, que también estaba aquí.
Iván y yo hablábamos algo de vez en cuando aunque no mucho.
Tras varias horas uno de los médicos salió del quirófano y nos comunicó que todo había salido genial y que podíamos pasar a verle.
Dejé que sus padres y su hermana entraran primero, luego igual con Iván y al final, entré yo.
Le vi despeinado y mirando la televisión.
– Hooolaaaa.– dijo sonriendo.
– ¿Sigues bajo efectos de la anestesia?– murmuré acercándome con una sonrisa y le di un beso en la frente.– ¿Cómo estás?
– Mal. Me estoy meando y no me dejan levantarme. Por no hablar de que no me has besado.– dijo.
Me eché a reír y me acerqué a su cara para besarle.
Correspondió y después me aparté suavemente.
– Gia...
– Dime.– respondí.
– ¿Por qué has venido tan guapa?– murmuró.– ¿No habrá ningún doctor guapo fuera no?
Sonreí negando con la cabeza y me senté en la silla que había al lado de la camilla y entonces agarré su mano.
– Ah. Pensaba.– dijo.
Me reí.
– ¿Quieres que le pregunte a la enfermera si puedes ir al baño?
Asintió varias veces como un niño pequeño y entonces la enfermera entró.
Le pregunté y entonces aceptó que fuera bajo mi compañía.
Lo ayudé a sentarse en la camilla y se abrazó a mí, apoyando la cara en mi pecho.
Yo acaricié su espalda y le di una sonrisa.
Después conseguí levantarlo y fui con él al baño.
Cuando acabó salimos y entonces volvimos a la camilla.
Entonces vi a Pedri, Fermín, Ferrán y Joao entrar.
Todos me saludaron con dos besos y Gavi los apuntó con el dedo.
– Ojito con lo que hacéis con mi mujer.– soltó.
– Amai.– murmuró Fermín.
– Es de la anestesia. Se le pasará.– dije riéndome.
Pedri le pegó con un cojín y después se sentaron con él a hablar un rato.
Estuvieron hablando de que esa misma noche había partido de Champions.
Gavi murmuraba cosas sin sentido, pero al menos estaba bien.
Cuando los chicos se fueron lo miré fijamente.
– ¿Tienes hambre?– pregunté.
Él asintió y yo pedí sushi.
Cuando llegó la cena él se sentó sobre la camilla y me miró fijamente.
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𝐅𝐈𝐋𝐋 𝐓𝐇𝐄 𝐕𝐎𝐈𝐃 +18 | Pablo Gavi
Teen FictionGia sabía que su vida no iba a ser fácil después de que sus padres le obligaran a tener una relación con un chico con el que no tenía nada en común. ¿Cuánto sería capaz de soportar el peso de la fama?