⚠️ Contenido Explícito
Llevaba toda la mañana distraída.
Mi mente se iba a todos los polvos que echamos la noche anterior y mi cuerpo se ponía receptivo enseguida.
Creo que necesitaba un poco de tiempo para no abalanzarme sobre él para comérmelo a besos.
Había ido a arreglar algunos papeles y cuando llegué Gavi estaba en el sofá tirado, viendo la televisión.
Mis ojos lo repasaron: llevaba el pelo revuelto en diferentes direcciones, estaba tumbado boca arriba dejándome babear con sus abdominales bien ejercitados, sus piernas estiradas y cubiertas por un pantalón corto. Era imposible no querer tirarte a sus brazos como una jodida desesperada.
Sus ojos se clavaron en los míos y me dio una sonrisa lejos de ser malévola.
– Hola cariño, ¿qué tal la mañana?– preguntó pausando la película y levantándose para acercarse a mí.
– Bien bien, estaba un poco fatigada porque había una cola infernal.
Él sonrió dándome un beso y entonces me dio la espalda.
"Y que buena espalda"
Sus músculos de la espalda se contrajeron cuando abrió la nevera y agarró una botella de agua.
Bebió y me miró fijamente.
– ¿Qué miras?– preguntó.
– Gavi, te necesito.
– ¿Qué pasa?– murmuró.
Solté un suspiro y entonces fui hasta el sofá y apagué la televisión.
– ¡Oye! La estaba viendo.– murmuró acercándose a mí.
Lo empujé haciéndolo caer al sofá y entonces me quité el top.
– ¿Gia?– preguntó.
– Gavi, no puedes pasearte semi desnudo por casa y esperar a que no me ponga cachonda.
Sonrió y entonces sus ojos me miraron, pero no de la mejor manera. Sabía cómo estaba solo con mirarle a los ojos.
Se deshizo de mis pantalones y entonces besó mi cuello suavemente.
Yo cerré los ojos sintiendo como jugaba con su lengua por mi cuerpo y entonces desabrochó mi sujetador y lo tiró por alguna parte de la habitación.
Yo lo miré y entonces agarró mi mandíbula.
– ¿Qué quieres, cariño?
– A ti, ya.– respondí.
– ¿Sabes lo que quiero yo? Que te arrodilles Gia.– murmuró.
Yo me levanté y entonces me agaché agarrando su miembro para llevarlo a mi boca.
Le sentí gruñir y entonces aceleré el ritmo y levanté la cabeza para coger aire.
Aunque no vi venir la hostia que me dio en la cara.
Al principio me quedé petrificada, pero me di cuenta de que eso me había gustado más de lo que quería admitir.
– ¿Quieres follar nena?– preguntó.
Yo asentí dispuesta a que volviera a pegarme de nuevo, y así fue.
Entonces me senté encima y devoré su boca con efusividad.
– Ponte a cuatro.– ordenó.
Yo me levanté de encima suya y me coloqué tal y como me había dicho.
Dio un par de azotes a mi culo y entonces gemí buscando que se dejara de tonterías y actuase ya.
– Te noto impaciente cariño...– murmuró en tono burlón.
– Gavi, por favor...
Se introdujo en mí y yo cerré los ojos totalmente anestesiada ahora.
Empezó a moverse y me agarré al brazo del sofá mientras él agarraba mi cadera y la movía rápidamente.
Grité de nuevo y enterré la cara en el cojín que tenía justo debajo.
Intenté llevar una de mis manos a mi culo y entonces me agarró el brazo y lo colocó en mi espalda mientras seguía moviéndose.
Sin duda había follado con hombres antes, pero hacerlo con él era algo totalmente distinto. Sabía como tocar y donde para volverme absolutamente loca.
Chillé en cuanto pellizcó mi pezón y me retorcí mientras seguía dándome.
– ¿Sigues pensando que necesito reposo?– murmuró.– Tú sí que vas a necesitarlo, amor.
Asentí chillando en cuanto pellizcó mi clítoris y me mordí el labio cuando empezó a darme azotes de nuevo.
– Pégame.– pedí.
– ¿Qué te pegue? ¿Donde amor?
– En la ca-ca...
No podía terminar de hablar porque seguía jugando con mi clítoris.
– ¿Sabes hablar cariño?– soltó burlándose de mí.
– Hijo de put-
Volví a chillar en cuanto me quitó el otro brazo y me lo puso en la espalda, dejándome totalmente con la cara pegada al cojín y el pelo esparcido por todos lados.
– Cuidado con la boca cariño.– murmuró.
Empezó a penetrarme más fuerte gracias al soporte de mis manos y yo solo podía gemir en cada estocada.
Cuando creía que iba a dejarme, me dio la vuelta y tras abrir mis piernas volvió a entrar para moverse.
Verle era una delicia.
Estaba sudado ahora, el pelo sudado le caía por la frente y la cara y sus ojos estaban más oscuros siempre que follábamos.
Me dio un pequeño azote en mi intimidad y solté un quejido.
Después me dio otra hostia en la cara y entonces me tensé liberándome casi al instante.
Él lo hizo unos segundos después y se dejó caer sobre mi abdomen.
Peiné las hebras de su pelo e intenté recuperar el aire.
– Dios.– murmuré.
– Siento las hostias en la cara.– murmuró.
– Sorprendentemente, me ponen, aunque no lo intentes sin estar follando, porque igual te la devuelvo.
Me miró sonriendo y entonces agarró mis manos y besó mis nudillos suavemente.
Sonreí como una tonta y después cerré las piernas atrapándolo con mi cuerpo.
Aún no había salido de mi interior pero estaba cómoda, en paz.
– Creo que debemos controlar nuestras hormonas.– ideó.– Somos máquinas de sexo ahora mismo.
Me reí y lo miré.
– Es normal, hemos estado cuatro casi cinco meses sin sexo.
– Ni siquiera sé como he aguantado tanto.– dijo riéndose.
Negué riendo y entonces un rato después nos levantamos para irnos a la ducha.
Tras la ducha quiso hacerme un masaje y sonreí encantada.
Gavi en el sexo sabía cómo tenerme a su merced, pero el Gavi post-sexo era el mejor.
Vacilaba mucho, me toqueteaba jugando y me besaba el doble.
No sabía con cual de los dos quedarme, ambos me gustaban y me volvían igual de loca.
Pero mientras me daba el masaje estuvo canturreando y después se acostó a mi lado, me atrajo hacia él y tras besarme, se acurrucó a mu lado y cerró los ojos.
Sabía que no era de noche, pero no iba a pasar nada si dormíamos un poco.
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Amadme que estoy en ofertaaaaaaa jejejejeje
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𝐅𝐈𝐋𝐋 𝐓𝐇𝐄 𝐕𝐎𝐈𝐃 +18 | Pablo Gavi
Teen FictionGia sabía que su vida no iba a ser fácil después de que sus padres le obligaran a tener una relación con un chico con el que no tenía nada en común. ¿Cuánto sería capaz de soportar el peso de la fama?