XXIV

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⚠️ Contenido Explícito

Narra Gavi

Acababa de salir de rehabilitación y entonces Gia estaba esperándome en el coche.

Lo primero que pensé fue en lo buena que estaba y en lo jodidamente corta que era esa falda.

Lkevaba una falda cargo de color verde y un top blanco que se ceñía a todas sus curvas.

Los hombres la miraban al pasar y estaba a punto de saltarme las recomendaciones y darles una patada a todos en la cabeza.

El fisio me había dicho que todo iba como la seda y que ya podía cargar un poco de peso y el primero que pensaba cargar: el culo de mi espectacular novia.

– Gavi, ¿me estás escuchando?

– Lo siento cariño, estoy un poco adormilado, hoy me ha costado dormir.– murmuré.

– Si quieres puedo darte un masaje después.– ideó.

– Yo te lo doy a ti, me relaja más.– dije.

Ella aceptó con una sonrisa y entonces llegamos a casa.

Entramos y tras darnos una ducha la vi llegar a la habitación desnuda.

Se tumbó boca abajo en la cama y miré su espalda. Estaba repleta de lunares y quería besarlos todos y cada uno de ellos.

Abrí el cajón de mi mesilla y saqué un aceite de coco y empecé a esparcirlo por su espalda suavemente.

Instantáneamente mis manos bajaron a su culo y sentí como se tensaba bajo mi tacto.

– Gia... ¿sabes lo qué me ha dicho el fisio?– dije.

Ella movió la cabeza para hacerme saber que me escuchaba.

– Que ya puedo cargar peso, no en exceso.

Di un apretón a su culo y soltó un quejido.

– Levanta el culo, cariño.

Ella apoyó los brazos en la cama y entonces levantó el culo dejándolo totalmente expuesto para mí.

Me permití pellizcar su clítoris e introduje dos dedos después, haciéndole gemir.

– ¿Me echabas de menos?

Ella asintió y soltó otro quejido cuando los abrí en su interior.

– Que sepas que ha sido culpa tuya por no haber querido follar antes...– murmuré.

Volvió a gritar cuando le di un azote y entonces me puse detrás suya.

– Cariño, prepárate porque pienso hacerte gritar durante toda la noche.

– Gavi... Por favor...– rogó.

Agarré sus caderas y me introduje en su interior.

Gemí y entonces golpeé su culo de nuevo.

Gia soltó un gemido de nuevo y empezó a moverse al compás de mi cuerpo, haciéndolos chocar.

Yo agarré su pelo y tiré suavemente de él.

– Eso es nena... venga, muévete para mí, llevaba tanto tiempo sin sentirte... Joder...

Empezó a moverse rápidamente y se mordió el labio.

Yo salí de ella y tras sentarme, la puse sobre mí y ella se agarró a mis hombros y empezó a subir y bajar.

Verla saltar encima de mí era uno de los mejores momentos de nuestras sesiones de sexo.

𝐅𝐈𝐋𝐋 𝐓𝐇𝐄 𝐕𝐎𝐈𝐃 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora